El ciclista quichelense Brayan Ríos, del equipo de la Asociación de Quiché, ha sido uno de los pedalistas que han peleado en las primeras dos etapas de la Vuelta a Guatemala.
Salió en silencio desde Jalapa. Los otros ciclistas no sabían que era un conocedor del terreno, ya muchas veces había competido o rodado por esa ruta del Oriente del país, solo sus compañeros conocían su estrategia, la cual estuvo a pocos segundos de conseguir.
Para Brayan Ríos, la Vuelta a Guatemala es una gran motivación y una revancha porque el año pasado tuvo que salir por una caída. Este año, el quichelense asegura que llega mejor, que tiene un mejor equipo y que junto a su padre y la Asociación cada día el deporte en su ciudad toma más auge.
“Cuando faltaban 20 kilómetros muchos me miraban, teníamos que enfrentar ese repecho largo que es desgastante. Ya cuando solo quedaban ocho salimos en busca de la etapa con Alfredo (Ajpacajá) y Jhonathan (de León), pero nunca se nos despegó el peruano (Alonso Gamero). Todo se iba a definir en el embalaje”, reconoció el quichelense.
Y Brayan tenía razón, el cierre sería muy cerrado y él debía aprovechar sus virtudes para brillar en El Progreso, Jutiapa. “Cuando faltaban 300 metros sabía que tenía que hacer el esprín para poder ganar, pero en los últimos 10 metros me dejó el peruano y no me pude quedar con la etapa. Por eso digo que estoy satisfecho y triste, porque no logré mi objetivo”, dijo el ciclista.
Un día antes Ríos le había pedido a su equipo que estuvieran atentos porque atacaría, el ya conocía el terreno y lo iba a aprovechar. Le dijo a su compañero Pedro López que se le pegara para que peleara el suéter Sub 23, pero el ritmo de los velocistas fue muy fuerte y no aguantó el paso.
“En mi pueblo deben estar de fiesta, porque el ciclismo de Quiché está creciendo y eso es lo que todos deseamos”, reconoció Brayan, quien además se logró meter entre los diez primeros al ubicarse noveno y está a un minuto con 35 segundos del líder, el peruano Santos Gamero.