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Epsy Campbell contrató a su ahijada y madrina de su nieto

Canciller niega piñata de puestos

Pese a que como diputada del Partido Acción Ciudadana (PAC), Epsy Campbell fue tajante al denunciar extrañas designaciones en el Poder Ejecutivo y cualquier posible irregularidad, hoy como vicepresidenta y canciller de la República parece tener otras consideraciones.

Este jueves, Campbell reconoció ante los congresistas de la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público que contrató a dedo a su ahijada, Catherinne Rivera McKinley y sin valorar otras opciones.

Rivera McKinley es hija de Ann McKinley, quien fungió como presidenta de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica de Costa Rica (Japdeva) en el Gobierno anterior, la comadre de la actual canciller.

Para ese periodo, a la exjerarca de Japdeva se le criticó haber llevado a ciegas al entonces ministro de Trabajo y Seguridad Social, Víctor Morales Mora, a una reunión con el principal sospechoso de construir un muelle ilegal en Portete de Limón: Bell Fernández, conocido como Macho Coca.

 

MADRINA DE MALIK

 

Pero la relación familiar no acaba ahí. Campbell también reconoció que, por su cercanía con los McKinley, su asesora y ahijada es también madrina de su nieto Malik, hijo de Tanisha Swaby.

Cabe recordar que la hija de Campbell fue duramente criticada hace poco, luego de que se burlara del mandatario Carlos Alvarado. El 11 de agosto anterior, en su cuenta de Twitter, Tanisha escribió: “La Casa de Papel temporada tres, pero con el presidente porque a él le encanta hacer el papel”.

Asimismo, arremetió contra la reforma fiscal que impulsa el Gobierno, donde su madre funge como líder.

La ministra de Relaciones Exteriores y vicepresidenta confirmó los parentescos luego de que la diputada del Partido Liberación Nacional (PLN), Yorleny León, la cuestionara.

 

ES ÉTICO

 

Para la canciller, el nombramiento de Rivera no roza con la ética, porque se trata de un puesto de confianza. Incluso invitó a la prensa a revisar cuáles asesores tiene cada diputado, dando a entender que ese tipo de designaciones las hizo porque otros también las hacen.

“Ella es una asesora experta en los temas en los que me está apoyando y me está apoyando un grupo muy importante de profesionales y creo que lo que tenemos que garantizar es la idoneidad”, aseveró.

Sobre la consulta de si le parece ético que la funcionaria no solo sea su ahijada, sino la madrina de su nieto, recalcó: “Me parece es una persona de confianza. Los puestos de confianza son de confianza, lo que se establece son los temas de consanguinidad, no tengo a ningún familiar empleado. Una persona que conozco sobre sus capacidades como asesora en temas internacionales, que ha demostrado cuál es su currículum, me parece que es la persona que debe de estar ahí. Es una persona cercana, como lo son todos los puestos de confianza”, subrayó.

 

NO HAY PIÑATA

 

Sobre los nombramientos políticos de exministros de la Administración Solís Rivera en embajadas, Campbell fue enfática en repetir que todo está en ley. Incluso mencionó que en la Cancillería no hay ninguna piñata.

En los cinco meses de Gobierno, se anunció a los exjerarcas Fernando Llorca, Sonia Marta Mora, Sergio Alfaro, Mauricio Herrera y Emilio Arias como embajadores en Estados Unidos, Francia, la Unión Europea, Honduras y Guatelama, respectivamente.

La ex vicepresidenta de la República Ana Helena Chacón también resultó beneficiada, como jefa de misión en España.

Además, se designó a dedo a Montserrat Solano, exdefensora de los Habitantes, como representante de Costa Rica ante la Organización de Estados Americanos, y a Rodrigo Alberto Carazo, garante ético del Gobierno, como representante en la Organización de las Naciones Unidas.

A la lista se suma el ex precandidato del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Rafael Ortiz, en Reino Unido, quien dicho sea de paso es muy cercano a Rodolfo Piza, ministro de la Presidencia.

Ronald Flores, exsecretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PAC en la anterior contienda electoral, también se convirtió en embajador de Costa Rica, en este caso para Italia.

Al respecto, Campbell abogó vehementemente por que la Constitución Política le da la potestad al presidente y al Consejo de Gobierno a designar a las personas que crean idóneas como jefes en misiones diplomáticas. Dicha aseveración la hizo pese a que la mayoría de los mencionados carece de experiencia diplomática.

Un claro ejemplo es el de Herrera, quien como ministro de Comunicación fue duramente criticado por llevarle una bolsa con aguacates a un local de la cadena Subway, luego de que el restaurante comunicara a sus consumidores que no tenía disponible dicho producto.

“Compré muy aguacates en la rotonda de la Hispanidad, tres por mil. Los llevé al Restaurante de la cadena Subway que queda a 100 metros de allí y que dice no ofrecer aguacate porque hay escasez. Para mi sorpresa en ese Subway sí había aguacate”, externó textualmente hace unos tres años en redes sociales.

Su mensaje iba dirigido a respaldar al exmandatario Luis Guillermo Solís, dando a entender que la fruta no escaseaba, luego de que el Servicio Fitosanitario restringiera la importación de aguacate Hass mexicano para proteger la producción local de una plaga.

Para fuentes cercanas a este medio, lo anterior deja en evidencia que la diplomacia, o al menos la prudencia, no destaca como punto fuerte de Herrera.

 

NOMBRAMIENTOS A LO INTERNO

 

Sobre los nombramientos a lo interno de la Cancillería, una vez más Campbell defendió la designación de Adriana Murillo y Carolina Fernández como directora general y directora adjunta de Política Exterior.

Para ocupar dichos puestos, ambas diplomáticas deberían tener el rango de embajadoras, según el artículo 9 del Estatuto del Servicio Exterior.

No obstante, tanto Murillo como Fernández, nombradas el pasado 9 de julio, son consejera y primera secretaria, de acuerdo con los escalafones.

La preocupación a lo interno de la comisión también surge ya que la decisión habría provocado jugosos aumentos salariales.

Según la tabla de equiparaciones de funcionarios (con corte al 30 de junio de 2018), un consejero en el servicio interno debe percibir un salario base de ¢963.650, mientras que un embajador la suma de ¢1.174.950. Ambos montos sin contar pluses.

En el caso de los primeros secretarios en el servicio interno, perciben un sueldo base de ¢820.600.

Lo anterior puede traducirse en que tanto Murillo como Fernández estarían cobrando al mes cerca de ¢211 mil y ¢354 mil de más.

Al respecto, la jerarca dijo que todo está en regla, pues se han basado en lo que indica el Estatuto del Servicio Civil, que permite nombrar en direcciones a personas de confianza, y por ende a dedo.

Para las diputadas Ivonne Acuña, independiente, y la liberacionista Karine Niño, lo anterior no tiene fundamento, pues en el caso de la Cancillería pesa más la ley específica que es la del Estatuto del Servicio Exterior.

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