Al dar a conocer los resultados de ingresos y gastos del Gobierno central al mes de setiembre, la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, enfatizó que estos resultados, son una clara evidencia de que el país ya no aguanta más.
De acuerdo con las cifras, el déficit fiscal llegó a los ¢1,5 billones, que es el más alto en seis años. Corresponde a 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB).
La preocupación es que pueda llegar incluso a los 7,5 puntos para el mes de diciembre.
Aguilar advirtió que las señales del fin se están dando, y mencionó como ejemplos, los escasos recursos para atender las prioridades del Estado, la revisión de calificación de riesgo país, el índice de pobreza, y el aumento en la morosidad del sistema financiero.
El deterioro en las cifras fiscales mantiene la tendencia que se observa desde julio, cuando se alcanzó el mayor déficit financiero de los últimos cinco años.
Dicho comportamiento es el reflejo tanto de una caída en los ingresos como de un aumento del gasto.
Otro rubro que mostró un aumento importante fue el pago de intereses, que pasó de 2,4% del PIB, en setiembre 2017, a 2,6% del PIB a igual mes del 2018.
Aunque con una tasa de crecimiento menor a la registrada en 2017, el crecimiento de los gastos corrientes (principal componente de los gastos totales) alcanzó 7,3%.
Este aumento equivale a unos ¢317 mil millones y se explica, sobre todo, por el incremento de 7,9% en las transferencias; cifra que representa el 45,1% de ese incremento. También, los intereses aumentaron 13,2% y las remuneraciones 4,4%.
Por el contrario, el ingreso corriente del Gobierno central acumulado a setiembre, registró su menor crecimiento desde los últimos cinco años.
Al cerrar el tercer trimestre del año, si bien los ingresos tributarios mostraron un leve crecimiento, su ritmo es mucho más lento que el del año anterior. Esto como resultado de la disminución en la importación de vehículos, que afecta el impuesto selectivo de consumo; un menor aumento en la recaudación del impuesto sobre las ventas y la continua desconexión entre crecimiento económico y recaudación de impuestos.
Aguilar sigue insistiendo que es necesaria la aprobación del proyecto de Ley para el Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.