Facebook, Intagram, Snapchat o cualquier otra red social no fue creada para menores de 13 años porque antes de esa edad los niños aún no saben diferenciar con claridad entre lo bueno y lo malo.
Por eso, los expertos en sicología recomiendan a los padres de familia que prohíban a sus hijos tener redes sociales para prevenir que estén expuestos a los riesgos que en ellas se encierran.
“Desde mi experiencia los chicos se van metiendo en el mundo de las redes sociales a partir de los 10 años y a los 12 es muy raro que aún no tengan celular”, explicó la especialista en sicología educativa y etapa escolar, Diana Sibaja.
Si ya su hijo tiene una cuenta pues ni modo, va a ser más difícil que se la cierre, pero sí debe acompañarlo para que le dé un uso correcto, establecer límites y además alguno de los padres debe tener las claves de acceso y revisarlas constantemente, ojalá a diario (sin derecho a negociar)
Una de las más difíciles de controlar y por ende más riesgosa es Snapchat, pues en ella el menor puede enviar un mensaje que dura los segundos que él establezca y luego se borra, de este modo, aunque usted le revise las redes todos los días, nunca se daría cuenta que fue lo que mandó o le enviaron.
Indistintamente de la red social, los padres deben trabajar con sus hijos el tema de los valores (respeto, empatía, solidaridad), enseñarles cómo tomar buenas decisiones y aprovechar cuando sale alguna noticia sobre el mal uso de la tecnología para comentarla con ellos, pero que sea el menor el que hable.
“Normalmente el adulto lo que dice es no haga, no comparta… pero los niños aprenden más de lo que ven, por lo que si usted dice algo y hace lo contrario, él replicará lo que ve. Por eso, revise sus hábitos, ¿cuánto tiempo están dedicando los papás al uso de la tecnología y redes sociales?, ¿cómo esto está influyendo en la interacción, comunicación y cercanía entre todos los integrantes de la familia? He tenido niños que me dicen que sus padres pasan pegados a los teléfonos y no les prestan atención”, indicó la sicóloga.
Esté también ojo al Cristo con ellos, asegúrese que estén durmiendo bien, las horas necesarias y que no se desvele por el uso del celular o los videojuegos en línea. También revise el historial de las páginas que visita para asegurarse que le está dando un buen uso al Internet del teléfono.
Si usted no es muy diestro con la tecnología, pídale a algún hermano, o familiar cercano que sí lo sea, que le enseñe y si del todo no lo logra, que le ayude él revisando lo que sube su hijo a las redes.
Otro aspecto importante es que el niño se comunique con usted, que tenga la confianza de contarle si alguien lo contactó, qué le dijo, cómo lo hizo sentir, eso se logra compartiendo tiempo en familia, tiene que sentarse a escucharlo, generar un ambiente de confianza, incluso que pueda contar si cometió un error.