El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, afirmó que mucho del éxito a futuro de su país depende de una reforma tributaria que está en trámite, que calificó como ‘el mejor proyecto posible’ y que espera sea ley en diciembre próximo.
‘El déficit fiscal es un problema que Costa Rica ha prorrogado por mucho tiempo y mi Gobierno está determinado a resolverlo’, dijo Alvarado.
La reforma fue aprobada por el Congreso en primer debate el pasado 5 de octubre y en la actualidad es analizada por la Sala Constitucional, de cuyo pronunciamiento dependerá que los diputados puedan efectuar la segunda y definitiva votación.
Alvarado dijo que con la reforma fiscal aprobada, el Gobierno podrá dedicar mayores esfuerzos a otros temas prioritarios como el crecimiento económico, la descarbonización de la economía, el desarrollo de infraestructura y la mejora educativa.
La reforma es rechazada por sectores sindicales del país que el pasado 10 de septiembre iniciaron una huelga indefinida que fue perdiendo fuerza, y que en la actualidad es apoyada prácticamente solo por el gremio del sector educación.
Los sindicatos aseguran que la reforma fiscal golpea a las clases medias y bajas y favorece a los sectores de mayores ingresos, pero Alvarado afirmó que ‘los sectores que más dinero generan son los que más pagarán’.