Editorial
Los consumidores costarricenses se apegan cada vez más a una lista corta de compras, lo que ha ocasionado que disminuya el índice de compras por impulso. Este es uno de los resultados del estudio “Hábitos de Consumo 2018”, realizado recientemente por la Asociación GS Uno Costa Rica.
Este análisis, que se realizó por décimo tercera vez en el país, confirmó que en 2017 un 64,1% de ticos aseguraban realizar una compra que no estaba programada, mientras que este año se registra un 51,8% de respuestas afirmativas.
Esto, según GS Uno, se debe a una posible percepción de que no es un buen momento para gastar o invertir de más, asociado a la situación actual económica del país y es una tendencia que se ha presentado incluso en otros estudios nacionales sobre el consumidor.
Las promociones fueron el motivo de quienes sí incurrieron en esta práctica. Un 37,3% de las personas afirmó dejarse llevar por una oferta para adquirir un producto que estaba fuera de su lista, mientras que el año anterior este indicador alcanzó un 58,2%.
Este comportamiento precavido de los costarricenses, también se reflejó en la forma de pago a la hora de realizar las compras. En 2017, un 35,7% afirmaba usar tarjeta de crédito en los supermercados, mientras que para este año solo un 18,3%.
Por su parte, el pago en efectivo fue de un 48,6%, seis puntos porcentuales más que el año anterior y el uso de tarjetas de débito incrementó 12 puntos porcentuales, en comparación con el 2017.
“Esto nos confirma que los costarricenses estamos siendo más precavidos en el uso del crédito”, afirmó Guillermo Varela, director ejecutivo de GS Uno.
Hábitos de compra
Tradicionalmente, la encuesta de Hábitos de Consumo, hace un análisis del comportamiento de los consumidores. Para este año, se mantuvo la tendencia a comprar quincenalmente y aumenta en 10 puntos porcentuales la visita mensual, realizada principalmente por los personas mayores de 50 años.
A pesar de que los ticos han venido fraccionando sus compras a lo largo del tiempo, es decir, compran en por lo menos dos establecimientos; esta práctica muestra una disminución con respecto a los años anteriores y a las generaciones: a mayor edad, menos fracción.
El precio-promoción es el factor más importante para fraccionar las compras (afirmado por el 51,2% de los encuestados), pero la calidad de los productos cada vez cobra más importancia. En 2017, solo un 4% tomaba en cuenta este detalle y para este año el resultado fue de un 19,6% de los participantes.
En cuanto a marcas de productos, los hombres destacan como más fieles: un 47,6% frente a un 40% de mujeres. Es decir, en caso de que no encuentren la marca que buscan, más hombres prefieren visitar otro supermercado para adquirir el artículo.
La mitad de los costarricenses eligen el supermercado más cercano a su casa para realizar las compras, tendencia que aumentó en un 15,9% en comparación con el año anterior; mientras que la cantidad de personas que seleccionan el establecimiento en función de los precios y promociones, se duplicó respecto al mismo periodo, alcanzando un 14,7%.
“Ante una mayor movilidad de los consumidores y fidelidad de marca, los puntos de venta refuerzan la importancia de ofrecer precios atractivos y promociones, para mantener la fidelidad de sus compradores en su supermercado”, agregó Varela.
Un hallazgo importante para este año es que las pulperías recuperan poco a poco su terreno como punto de venta para adquirir los productos que se van agotando en los hogares. El año anterior registró un 14,2% de participación y para el 2018 casi un 30%.
Sobre la experiencia de los costarricenses en los supermercados, un 74% de los encuestados calificaron muy bueno a excelente la velocidad en cajas. Esto se atribuye a la implementación de la tecnología de pago contactless y por la eliminación de la firma del voucher de pago con tarjeta.
Este año, se encuestaron a 672 consumidores que se encontraban comprando en cuatro de las principales cadenas de supermercados del país, en sus cuatro formatos (hipermercado, supermercado, bodegas y descuento).
Los datos de este estudio coinciden con los datos arrojados por la última Encuesta de Confianza del Consumidor, elaborada por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica, en la que revela menor disposición de los ticos a gastar.
También ha eco de las cifras publicadas por el Banco Central sobre consumo de los hogares, que reflejan una ralentización con respecto al 2017.
