Un documento que en 1976 le entregó el entonces jefe de la CIA. George Bush al electo presidente James Carter revelaba que esa agencia de inteligencia apoyaba financieramente al entonces jefe del G2 de la Guardia Nacional de Panamá, Manuel Antonio Noriega.
Las revelaciones figuran en un artículo publicado ayer por el Washington Post y de la autoría de Tim Weiner, quien con sus escritos sobre seguridad nacional han ganado Pulitzer y el Premio Nacional del Libro.
El artículo lleva como título: “Bush practicó una omerta en la CIA que pudo haber muerto con él”.
Weiner alega que el fallecido Bush amaba a la CIA. Fue el único presidente que dirigió la agencia, y el último presidente que realmente creyó en su código de Guerra Fría: no admitir nada, negarlo todo.
Dos semanas después de que Jimmy Carter fue elegido presidente en noviembre de 1976, Bush voló a Georgia, en un avión de la CIA para informarle, y le rogó cortésmente por su trabajo.
”El memorando de Bush de la reunión muestra que informó al presidente electo sobre profundos secretos, incluido el apoyo financiero de la CIA a gobernantes extranjeros y hombres fuertes como Manuel Antonio Noriega, el futuro dictador de Panamá.
En 1989, más de una docena de años después de esa reunión con Carter, el recién inaugurado presidente Bush instruyó a la CIA para derrocar al general Noriega, autorizando tres acciones secretas, incluido el apoyo paramilitar para un golpe de Estado.
Los oficiales de servicio clandestino durante mucho tiempo, incluido el jefe de la estación en Panamá, se mostraban reacios en el mejor de los casos y resistentes en el peor. Cuando la CIA se resistió, Bush desató la mayor operación militar estadounidense desde la guerra de Vietnam para destituir a Noriega y arrestarlo por cargos de tráfico de cocaína.
En privado, nunca públicamente, Bush estaba furioso por el hecho de que la CIA no hubiera derrocado a Noriega en secreto.