La embajadora interina de Estados Unidos en Panamá, Roxanne Cabral, y el ministro de Seguridad panameño, Jonattan Del Rosario, inauguraron este martes el nuevo hangar en la base aérea Mayor Salvador Córdoba, de Nicanor, en la provincia de Darién.
En el acto, además, la diplomática estadounidense hizo entrega de equipos y vehículos a Panamá ‘donados por el Gobierno de Estados Unidos para reforzar las operaciones de seguridad’ en el área fronteriza con Colombia.
La construcción del hangar tomó un año y tuvo un costo de $2.1 millones y el valor de los equipos donados por el gobierno norteamericano al Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) asciende a $2,045,757 y a la Unidad Tácticas de Operaciones Antidrogas de la Policía Nacional por la suma de $760, 712.
‘Nuestra intención es apoyarlos con los recursos necesarios para atender emergencias y equiparlos para sus operaciones contra el narcotráfico y la trata de personas’, informa un comunicado de la embajada de Estados Unidos en Panamá, que cita a la embajadora interina Cabral. Destacó que Panamá se ha convertido en un modelo para la región en materia de seguridad.
Los equipos donados incluyen camionetas, ambulancias, vehículos todo terreno, tractores, repuestos para lanchas antidrogas y dispositivos para visión nocturna y térmica.
De esta manera, Panamá y Estados Unidos estrechan la cooperación en materia de migración y seguridad fronteriza, indica un comunicado del Ministerio de Seguridad.
Al acto también asistieron el director del Servicio Nacional Aeronaval, Gilberto Méndez, y el subdirector del Senafront, Oriel Ortega.
El ministro Del Rosario destacó que los gobiernos de Panamá y Estados Unidos han desarrollado, de manera conjunta, programas y proyectos para contrarrestar la influencia de las organizaciones criminales transnacionales en el continente americano y que durante los 55 meses de la actual administración gubernamental ‘se han reforzado las fronteras panameña’.
La embajadora interina Cabral y el ministro Del Rosario, además del acto oficial en la base Nicanor, visitaron los puestos fronterizos de Meteti y Penusa, en la provincia de Darién, y Paso Canoa, en la provincia de Chiriquí, destaca el comunicado del Ministerio de Seguridad.
De acuerdo a la nota de prensa, la embajadora interina indicó que los gobiernos de Panamá y Estados Unidos continúan desarrollando de manera conjunta programas y proyectos para contrarrestar la influencia de las organizaciones criminales transnacionales en el continente.
Además de la captación de datos biométricos en los puntos de entrada al país benefician tanto a Panamá como a Estados Unidos porque permite a las autoridades de ambos países enfrentar la migración irregular en la región de manera más eficiente. Esto, a juicio del Ministerio de Seguridad, proteger a la ciudadanía de personas que representan una amenaza ala seguridad colectiva.
Fuente: La Estrella de Panamá