La mañana de hoy no fue una buena jornada para la Fiscalía en el caso que se le sigue al expresidente de la República Ricardo Martinelli por supuestas escuchas telefónicas.
El juicio oral continuó con el interrogatorio al testigo Luis Rivera Calles, Perito de informática del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con el cual la Fiscalía buscaba acreditar algunas evidencias como: computadoras, discos duros y discos compactos.
Estos aparatos habían sido analizados por el perito en las inspecciones oculares realizadas al Consejo de Seguridad en los meses posteriores a las elecciones de 2014. Supuestamente de esas computadoras y del disco duro se había extraído la información de los pinchazos como audios vídeos imágenes correos electrónicos conversaciones de WhatsApp etc. de las víctimas.
La Fiscalía, bajo la vocería de la fiscal Elizabeth Carrión, inició la introducción de tres pruebas, una laptop marca Toshiba, otra HP y un disco duro.
Una a una se le fueron mostrando al testigo y este reconocía los objetos como los que había obtenido en las diligencias de inspección ocular.
Sin embargo, al perito se le dificultó saber cuál de los dos ordenadores mantenía el disco duro y a cual se lo había extraído.
“Una de las dos laptop no tenía disco duro, han pasado cinco años de eso y no me acuerdo cuál era. Si me permiten un desarmador puedo quitar la tapa y saber si esta es la que lo tenía o no”, indicó Rivera Calles.
Esto complicó la tarea de la Fiscalía que no solicitó durante el juicio practicar pruebas. Las evidencias tenían que hacer sido descritas por el perito y la Fiscalía introducirlas acompañadas de sus respectivas actas.
Ese fue el primer traspiés que sufrió la fiscalía, ya que el perito, nunca pudo saber si el disco duro que le mostraba la fiscalía provenía de una u otra computadora que le ponía enfrente la fiscalía.
De alguna forma u otra, la fiscalía intentaba relacionar los objetos. Sin embargo, el perito insistía en que como no recordaba bien de cual computadora había sido extraído el disco duro y había pasado tanto tiempo, requería de desarmadores para mirarla por dentro y revisar científicamente a qué ordenador pertenecía el disco duro que estaba señalando la fiscalía.
El segundo tropiezo ocurrió a la hora de introducir tres discos compactos que habían sido denominados en la prueba número siete.
La fiscalía le dio traslado a la defensa acompañados de un oficio. No obstante, Alfredo Vallarino, abogado de la defensa, al recibirlos dijo que el número de oficio estaba equivocado, que el sello de los discos compactos había sido alterado, y que se trataba de una marca distinta a la que había descrito Carrión.
La fiscalía respondió que el paso del tiempo había deteriorado el sello, pero después reconoció, a observación del juez Roberto Tejeira presidente del tribunal, que en efecto las pruebas estaban mal ordenadas y que dichos discos compactos ya habían sido introducidos dos discos compactos como evidencias el pasado 5 de abril.
La fiscalía solicitó al juez que reconsiderara incluir los tres discos compactos en cuestión como parte de las evidencias materiales. Luego de la deliberación, el juez accedió a la reconsideración de la fiscalía.
Enseguida Carrión solicitó al juez un receso para ordenar las evidencias con los folios respectivos y el juez concedió el tiempo hasta las 2:00 de la tarde.
Fuente: La Estrella de Panamá