Un día antes que se hiciera pública la renuncia del exprocurador general de la República Hernán Estrada Santamaría, este salió de Nicaragua el martes 7 de mayo en el vuelo CM 105 de la aerolínea Copa Airlines con destino a Miami, Florida, Estados Unidos, según fuentes del régimen.
Estrada se identificó ante el personal del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, en la capital, como abogado independiente en su bufete jurídico internacional y logró pasar sin despertar sospechas ni alertar las normas de seguridad.
En su carta de renuncia, fechada el mismo día 7 de mayo, Estrada alegó problemas de salud.
LA PRENSA llamó reiteradas veces al celular del exprocurador para ampliar su versión sobre su repentina renuncia por supuestas “causas de enfermedad”, pero su teléfono cae directamente en buzón de voz. Fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR) filtraron que Estrada había expresado a personal de confianza que no entendía por qué las cosas se habían salido de control en Nicaragua y por qué lo querían sancionar si quienes estaban reprimiendo en Nicaragua eran la Policía Orteguista (PO) y el Gobierno.
Estrada, como abogado y notario del Estado, era el encargado de resolver los problemas de propiedad de los ciudadanos estadounidenses en Nicaragua, casos conocidos como waiver, por lo que siempre ha tenido cercanía con las administraciones estadounidenses.
Estrada era un abogado de confianza de la familia Ortega-Murillo y bajo sus oficios notariales la pareja dictatorial se casó en 2005, con el exmagistrado Rafael Solís como padrino de bodas.
LA PRENSA buscó a Estrada en su residencia en el reparto El Sosiego, Carretera Sur, pero solo salió una mujer que manifestó que el funcionario ya no habitaba la casa y que ella fue contratada para cuidarla por tiempo indefinido.
“Voy a estar aquí hasta nueva orden y no diré nada más”, dijo la cuidadora, quien no quiso identificarse.
Algo andaba mal
Previo a la renuncia sorpresa del exprocurador Estrada, el único indicio de una mala relación fue la destitución de su hijo Hernán Estrada Román de los cargos de embajador de Nicaragua ante el Gobierno de la Confederación Suiza y la democión como representante permanente con rango de embajador extraordinario y plenipotenciario ante la oficina de la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales con sede en Ginebra, Suiza, así como representante permanente de Nicaragua con rango de embajador ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), con sede en el mismo país.
La cancelación del nombramiento la hizo Daniel Ortega en diciembre de 2017, por medio del acuerdo presidencial 204-2017; supuestamente la destitución de los cargos se da porque Estrada Román estaba involucrado en supuestas “conspiraciones diplomáticas”, según publicó un diario internacional.
El año pasado durante los meses más duros de protesta y represión en Nicaragua, se conoció que Estrada Román apoyó al movimiento autoconvocado en los foros de solidaridad en el extranjero, porque no estaba de acuerdo con la masacre al pueblo nicaragüense.
Hernán Estrada Román había sido nombrado en junio del 2015 en los cargos antes mencionados, bajo el acuerdo presidencial número 100-2015.
Fugas
Estrada se suma a otros funcionarios que han abandonado al régimen: Telémaco Talavera, exasesor presidencial; Rafael Solís, exmagistrado judicial; Víctor Urcuyo, exsuperintendente de Bancos y Otras Instituciones Financieras, y Ligia Gómez, exgerente de Investigaciones Económicas del Banco Central.
FUENTE: LA PRENSA