La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) lanzaron este miércoles el Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar, junto a un Plan de acción mundial para impulsar el apoyo a los campesinos familiares, en especial en los países en desarrollo.
Los dos organismos de la ONU lideran la implementación del Decenio de la Agricultura Familiar, que fue establecida por las Naciones Unidas a finales de 2017.
Las granjas familiares representan más del 90% de todas las explotaciones agrícolas del planeta y producen el 80% de los alimentos del mundo en términos de valor.
Son los principales impulsores del desarrollo sostenible, incluyendo la erradicación del hambre y todas las formas de malnutrición.
El Decenio de la Agricultura Familiar tiene por objeto crear un entorno propicio que fortalezca su posición y maximice sus contribuciones a la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel global, así como a un futuro saludable, resiliente y sostenible.
El Plan de acción mundial aporta asesoramiento detallado a la comunidad internacional sobre las medidas colectivas y coherentes que pueden adoptarse durante el período 2019-2028.
Por ello destaca la necesidad de aumentar -entre otros factores-, el acceso de los agricultores familiares a los sistemas de protección social, la financiación, los mercados, la formación y a las oportunidades de generación de ingresos.
“No solo nos enfrentamos al problema del hambre, que va en aumento, sino también al problema de la obesidad creciente. Debemos prestarle atención. Sabemos qué hacer para luchar contra el hambre, pero no sabemos bastante sobre cómo combatir la obesidad. Los agricultores familiares son quienes producen alimentos frescos y locales de forma sostenible, esa es su contribución”, aseguró José Graziano da Silva, director general de la FAO.
“Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Hambre Cero y erradicación de la pobreza, debemos invertir en los pequeños agricultores familiares del mundo y ayudarles a aprovechar sus activos, sus conocimientos y su energía, y empoderarlos para transformar sus vidas y sus comunidades”, señaló por su parte Gilbert F. Houngbo, presidente del FIDA. “Las decisiones que tomemos ahora –añadió- determinarán si nuestros futuros sistemas alimentarios son o no son saludables, nutritivos, inclusivos, resilientes y sostenibles”.
La agricultura familiar abarca la producción de todos los alimentos: ya sean de origen vegetal, carne, -incluido el pescado-, otros productos de origen animal -como los huevos o los productos lácteos-, y alimentos producidos en tierras agrícolas, bosques, montañas o en piscifactorías, que son gestionados y explotados por una familia, y que dependen básicamente de la mano de obra familiar, tanto de mujeres como de hombres.
FUENTE: La Estrella de Panamá