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Tres nicaragüenses que huyeron de la represión salen de centro de detención en EE.UU.y buscan mejores horizontes

Isidro manda un mensaje a los nicaragüenses que permanecen detenidos en Adelanto. “Queremos que no se depriman porque también van a salir libre. Aquí vamos a esperarlos. No se rindan”, dice

Isidro Cruz, Alexis Cabrera y Oliver Rojas no podían creer que estuvieran caminando por el Paseo de las Estrellas de Hollywood después de haber pasado casi siete meses bajo custodia en el Centro de Detención de Adelanto.

Apenas fueron liberados fueron a caminar por primera vez en su vida por Hollywood, con los ojos bien abiertos, sorprendidos por el tumulto de turistas que buscaban tomarse una foto al lado de la estrella de su artista favorito.

La pastora Ada Valiente de la primera Iglesia Bautista de Maywood que los ayudó a salir de la detención, decidió llevarlos de paseo a Hollywood para que sacaran el estrés y la angustia de tantos meses de encierro.

El año pasado, Isidro, Alexis y Oliver escaparon de Nicaragua a causa de las amenazas y golpes sufridos por oponerse al gobierno de Daniel Ortega. A finales de año llegaron a la frontera sur y pidieron refugio en Estados Unidos.

“Es maravilloso. Estoy demasiado contento y feliz. Aquí se puede respirar aire puro”, dice Isidro Cruz quien recientemente salió libre de Adelanto.

La tarde estaba fría, caía una lluvia menuda, pero Isidro platicaba que era mejor aguantar el frío que estar en Adelanto.

“Fueron meses muy feos. El encierro, la comida…Lloré varias veces. Gracias a Dios estamos fuera. De momento, pensé que no íbamos a salir”, cuenta Isidro de 40 años de edad.

Él salió el 28 de junio de 2018 de su pueblo, Estelí, Nicaragua donde dejó a sus abuelos, su madre, hermanos y dos hijos menores. Le llevó cuatro meses el viaje por México a Estados Unidos. Cuando solicitó asilo en la frontera sur, lo llevaron detenido a Adelanto donde estuvo más de seis meses hasta el martes pasado.

Isidro viajará a Minnesota donde lo acogerá un patrocinador y comenzará una nueva vida. “Me gustaría estudiar y cuando pueda, trabajar en lo que sea”, dice. En Nicaragua se ganaba la vida en la construcción y la siembra y recolección de hortalizas.

Isidro se siente un poco mal porque le negaron el asilo político. “En detención, es muy difícil conseguir todas las evidencias. Así que estando fuera voy a apelar la decisión”, comenta este nicaragüense quien asegura haber dejado su país a causa da la represión en su contra a consecuencia de la participación en las marchas de protesta contra el gobierno.

Le dieron asilo

Alexis Cabrera de 22 años recuperó su libertad  después de pasar encerrado seis meses y 20 días en Adelanto.

“Me siento muy feliz y contento por ver las estrellas de las celebridades”, dice el muchacho.

De los tres jóvenes, es el único que salió de Adelanto con el asilo político.“Le doy gracias a Dios porque me dio una oportunidad. Pienso ayudar a mi familia que quedó en NIcaragua. Me gustaría estudiar ingeniería y la carrera de inglés”, sostiene.

Alexis se irá a vivir a Atlanta, Georgia donde un amigo se ha ofrecido a ser su patrocinador.

“En Nicaragua, sufrimos una persecución muy dura. Mi familia y mis amigos somos de los movimientos campesinos, muy perseguidos por el gobierno”, explica.

Originario de Nueva Guinea, dice que las amenazas y golpes que recibió de las fuerzas armadas por su participación en la oposición contra el gobierno, lo hicieron dejar su país el 7 de septiembre de 2018. “Soy un perseguido político”, remarca.

El 7 de noviembre se entregó en la frontera, y de ahí fue llevado en detención a Adelanto.

“Estar encerrado es cosa seria. Les deseo mucho éxito a quienes ahí permanecen. En Adelanto habíamos como 20 nicaragüenses. Le doy gracias a Dios porque me dio una oportunidad de salir libre después de casi siete meses de encierro”, comenta.

Oliver Rojas de 20 años es el más joven de los tres nicaragüenses liberados. Él llevaba seis meses con 20 días bajo detención. “Perdí 20 libras en Adelanto”, observa sin dar crédito a estar en Hollywood. “Quería ver la libertad, sentirme libre. Me da gusto ver a tanta gente. Ya me siento mejor. Estar encerrado, no es vida”, confía.

Dice que cuando lo dejaron en libertad, sintió que el corazón se le salía de la emoción.

El 15 de septiembre del año pasado, salió de Nueva Guinea, Nicaragua. Fue detenido el 7 de noviembre de 2018 por agentes de la Patrulla Fronteriza cuando pidió asilo.

“Los problemas que tuvimos por participar en las protestas nos obligaron a salir. Nuestros familiares nos dijeron que lo mejor era que nos viniéramos. A mucha gente la estaban arrestando y matando. Nos venimos por seguridad y un mejor futuro”, reconoce.

Dice que son muchos los jóvenes que están abandonando Nicaragua.

“Yo nunca pensé que iba a venir a los Estados Unidos. Pero nuestros padres nos prefieren fuera que muertos”, dice. Y lamenta que le hayan negado el asilo. “Ya metí la carta de apelación. Y voy a buscar como ganar mi caso”, enfatiza.

Oliver revela que en Nicaragua estudiaba agronomía, y en Estados Unidos, le gustaría estudiar ingeniería en tecnología.

Al igual que Alexis se irá Atlanta, Georgia porque allá tienen el mismo patrocinador.

Al caminar por las calles de Hollywood, Oliver confiesa que se siente demasiado feliz, “como cuando le dan un dulce a un niño. Ver tanta gente me da fuerza”, sostiene.

Sufrimiento

La pastora Ada Valiente quien los recibió en su casa en Los Ángeles, al salir de Adelanto, dice que decidió llevar a los tres nicaragüenses a Hollywood para que se relajaran un poco y sacaran el estrés.

Sufrieron mucho dentro de Adelanto. Es una gran bendición verlos fuera. Venían deprimidos”, dice.

Cuenta que los muchachos que escapan de Nicaragua son profesionales en su mayoría, vienen de familias muy buenas y unidas con padres que los quieren mucho. Son gente de campo, que han tenido que vender una vaca para venirse a Estados Unidos.

“Procuramos tratarlos con mucha dignidad cuando salen de la detención porque han pasado por un trayecto muy largo y difícil para poder llegar a Estados Unidos y obtener su libertad”, dice.

Y agrega que los jóvenes nicaragüenses llegan con muchos traumas emocionales a causa de la larga detención, la dura travesía y por dejar su patria y su familia. “Les afecta mucho la separación familiar. Van a necesitar consejería. La adaptación a nuevo país es difícil. Pero también vienen con mucha esperanza y sueños”, asegura.

La pastora Ada Valiente y su esposo Melvin Valiente de la Iglesia Bautista de Maywood y la fundación We Care han ayudado a más de 50 muchachos de Centroamérica a salir de los centros de detención del Servicio de Migración y Aduanas (ICE).

FUENTE: hoy!

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