Con arreglos florales, fotografías y pancartas, decenas de familias que perdieron a sus seres queridos brindan un homenaje a las más de 300 personas, entre desaparecidas y fallecidas, víctimas de la erupción del domingo 3 de junio del 2018.
La actividad volcánica, que era monitoreada por autoridades desde el sábado, se incrementó durante las primeras horas del domingo y cuando las familias de las comunidades cercanas evacuaron ya era demasiado tarde.
Decenas de familias quedaron atrapadas por los ríos de material volcánico que arrastró árboles, vehículos, casas y todo lo que encontró a su paso.
Otras víctimas intentaban huir de las avalanchas que avanzaban y se abrían paso en las comunidades, pero no pudieron ir muy lejos.