La candidata presidencial del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Sandra Torres, quien obtuvo el primer lugar el pasado 11 de junio con un 25.53 por ciento de los votos y Alejandro Giammattei, del partido Vamos por una Guatemala diferente (Vamos), quien logró el 13.96%, se encuentran en plena disputa por la Presidencia de la República.
A partir del pasado fin de semana ambos candidatos regresaron a la provincia con más fuerza con el objetivo de ganar apoyo de los alcaldes electos, reelectos e, incluso, los que no ganaron, y así aprovechar toda la infraestructura humana local que estos montaron durante la primera vuelta.
El analista político Renzo Rosal dice que ganar una buena cantidad de las 340 alcaldías no es garantía de triunfo, pero sí permite tener una mejor capacidad de penetración a escala local, porque esos respaldos son importantes no solo para la segunda vuelta, sino también para ejercer el Gobierno.
José Alfredo Calderón, analista político de la Universidad de San Carlos, explica que aunque el voto no es endosable, el triunfo dependerá de la capacidad que tengan los jefes ediles de “acarrear” a su gente el día de las elecciones, porque a muchos de sus seguidores ya no les interesa votar en la segunda vuelta, porque ya saben quién será su líder local.
De la nada a la Presidencia
La más cercana experiencia se registró hace casi cuatro años cuando el partido del actual presidente Jimmy Morales, FCN-Nación, tan solo ganó tres alcaldías en el departamento de Baja Verapaz y el cancelado Libertad Democrática Renovada (Líder) arrasó en el país con 120 jefes ediles. La segunda fuerza la asumió el Partido Patriota (PP), con 80 alcaldes.
Manuel Baldizón candidato presidencial de Líder, ni siquiera pasó a segunda vuelta pues obtuvo el tercer lugar con 19.64% de los votos, por debajo de Torres, quien logró 19.76%, y de Jimmy Morales, quien superó a ambos con 23.85 por ciento.ç
Según Rosal, por esta falta de apoyo de gobiernos locales, FCN-Nación debió recurrir durante estos cuatro años a actores externos como alianzas con iglesias evangélicas, así como grupos de militares activos e inactivos y algunas personas vinculadas con grupos del crimen organizado. “Lo que está claro es que se necesita de organización territorial”, apuntó.
En la primera semana de febrero del 2017, poco más de un año después de la toma de posesión del presidente Morales, el 14 de enero del 2016, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) publicó en el Diario de Centro América los edictos que cancelaron ambos partidos, que en el proceso electoral 2015 habían tenido una reñida y multimillonaria campaña publicitaria.
A ambos se les canceló la personería jurídica por infringir las normas electorales que regulan el financiamiento a las organizaciones políticas, pues se les sindicó de recibir financiamiento electoral ilícito, no declarado y haber superado los techos de campaña.
Experiencias recientes
En el 2011 los resultados de las corporaciones ediles fueron favorables para el PP, pues 108 poblaciones confiaron en la propuesta que encabezaba Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti.
En segundo lugar quedó la coalición que integraron la Gran Alianza Nacional (Gana) y la UNE, que al final de cuentas no propuso candidato presidencial porque la Corte de Constitucionalidad (CC) prohibió la participación de Torres por “fraude de ley”, esto porque se divorció del entonces presidente Álvaro Colom. El ganador en la segunda vuelta también fue el PP.
En el 2007 se llevaron a cabo las únicas elecciones que pintaron de verde Guatemala, pues la UNE alcanzó 103 municipios, su candidato presidencial, Colom, quedó en el primer lugar con el 28.23% y en segundo, Pérez Molina, con 23.51%. En la segunda vuelta Colom ganó la elección con el 52.82 por ciento de los votos.
Una de las experiencias más añejas, a partir de la nueva era democrática, sucedió en las elecciones de 1990, cuando la Unión del Centro Nacional (UCN), de Jorge Carpio, acumuló 150 municipalidades.
El 29 de noviembre de 1990 el líder político dijo que el partido logró triunfar en unas 135 alcaldías, pero como ya tenia otros municipios ganados desde las elecciones de 1988 -medio periodo- contaría con unas 150; sin embargo, en la segunda vuelta ganó Jorge Serrano Elías, del Movimiento de Acción Solidario (MAS), quien había ganado apenas una docena de municipalidades.
Aunque hasta el momento no se ha adjudicado la totalidad de las 340 alcaldías que se eligieron el 16 de junio pasado, la tendencia, casi irreversible, es que la UNE ganó el poder local en 106 municipios, lo que significa que, aproximadamente, uno de cada tres jefes ediles pertenece al partido de Torres, quien logró el primer en lugar con 25.53% en la primera vuelta.
La UNE tendrá representación en los 22 departamentos del país durante el periodo 2020-2024. Los departamentos donde menos alcaldes tendrá son Zacapa, donde solo logró colocar un jefe edil, y San Marcos, donde logró dos.
Edy Cifuentes, experto en poder local, considera que en la actualidad Torres le está ganando el mandado a Giammattei, porque la candidata de la UNE desde hace muchos años mantiene contacto con la provincia y los caciques locales. “Ella ha logrado más cercanía con los jefes ediles, por lo que es más fácil que pueda aterrizar en pactos municipales”, afirma.
Buscan a los que ganaron alcaldías
El segundo partido que logró incorporar jefes de gobierno local el pasado 16 junio fue la Unión del Cambio Nacional (UCN), con 37. El partido que competirá en la segunda vuelta, Vamos, obtuvo 29, lo que hace una diferencia de 77 jefes de poder local en relación a la UNE.
Los Comités Cívicos lograron colocar 29 alcaldías, mismo número que Vamos. El partido Todos colocó 19; el Frente de Convergencia Nacional, 18; Valor, 15; Prosperidad Ciudadana, 14; Compromiso Renovación y Orden, 13, y Bienestar Nacional, 11. Otros partidos colocaron entre uno y siete jefes ediles.
Calderón considera que parte del éxito de los dos candidatos que disputan la presidencia dependerá del interés que despierten entre los electores, porque después de la judilización y los alegatos de “fraude” los guatemaltecos no tienen la menor intención de asistir a votar el 11 de agosto.
FUENTE: PRENSA LIBRE