Tegucigalpa (EFE).- El Comisionado hondureño de Derechos Humanos, Roberto Herrera, dijo este martes que la trata de personas es una de las “más graves violaciones” de los derechos humanos, por lo que considera necesario promover “mayores sanciones” para combatir este delito.
A propósito del Día Mundial contra la Trata de Personas que se celebra hoy, Herrera calificó la trata de seres humanos como un “delito grave” y una “violación a la libertad individual que socava los derechos humanos con efectos perjudiciales, en la mayoría de los casos, insuperables para las víctimas en su entorno familiar y social”.

Agregó que este flagelo es una “delito de lesa humanidad”, de acuerdo a la Convención Internacional de Palermo y sus protocolos complementarios.
El defensor del pueblo hondureño señaló que a este tipo de delitos debe aplicar “mayores sanciones” porque es una “violación a la dignidad del ser humano y está catalogada como un crimen contra la humanidad”.
“El solo hecho que una mujer, un niño o una niña sea víctima de trata para fines de esclavitud, trabajo forzado, prostitución o de mendicidad es un atentado de los más graves contra la dignidad del ser humano”, subrayó.
Herrera destacó que la impunidad que rodea los casos de trata y de corrupción es uno de los principales desafíos del país centroamericano.
Exhortó además al Estado de Honduras a “redoblar sus esfuerzos” para enjuiciar y condenar a los responsables de delitos de trata.
Según un informe de la Comisión Interinstitucional Contra la Explotación Sexual Comercial y Trata de personas en Honduras, al menos 337 personas han sido rescatadas entre 2018 y lo que va de 2019, de ellas 13 fueron localizadas en Belice y Guatemala.
Expertos aseguraron hoy a Efe que el 80 % de las víctimas de trata de personas en Centroamérica son mujeres y niñas, un flagelo considerado el tercer negocio ilícito más rentable del mundo y cuyo combate quiere soluciones internacionales inmediatas y coordinadas.
La trata es un crimen que consiste en captar y retener a una persona mediante la fuerza o la coerción, con el fin de explotarla sexual o laboralmente.
FUENTE: La Tribuna