Perecederos por las nubes en los diferentes mercados

Echarle unos trocitos de cebolla y chiltoma al arroz frito ahora es un lujo para los nicaragüenses; esto por las alzas desmesuradas de precios. Así que si es de las personas que utiliza media cebolla en una comida y la otra parte la deja perder por olvido, es mejor que haga conciencia y cuide su bolsillo.

La cebolla, la papa, el ajo y la zanahoria en estos últimos meses han aumentado de precio en los mercados capitalinos y caraceños.

Por ejemplo, la mallita de ajo de tres unidades en el mercado Jorge Matus Téllez de la ciudad de Jinotepe hace aproximadamente un mes costaba diez córdobas. Ahora se cotiza en 25 córdobas.

La libra de papa costaba 12 córdobas, ahora la encontrará en 22, 25 y 30 córdobas la de punto rojo.

La caja de ajo actualmente se cotiza en 1,800 córdobas y en enero se hallaba a 600. El quintal de papa se compraba entre 600 y 800 córdobas, ahora su precio es de 1,300.

En 10 córdobas se cotizaba la libra de zanahoria y ahora puede costar entre 18 y 20 córdobas.

Acomodan

“Esto pienso que se debe a la situación económica que estamos atravesando, supuestamente antes a los transportistas de carga internacional por traer esas mercaderías no les cobraban impuestos, ahora dicen que sí. Nuestros proveedores allá en el mercado Oriental y Mayoreo nos dicen que a eso obedece el aumento de los productos perecederos, porque no es un peso lo que les están cobrando en las fronteras”, comenta Pedro Rivera, comerciante de perecederos en el mercado Jorge Matus.

En el caso de la cebolla, en los tres primeros meses del año, se hallaba en 1,000 córdobas el quintal, ahora supera los dos mil córdobas. El quintal de papas que costaba 500 córdobas, ahora se halla en más de mil córdobas.

“Son precios muy exagerados y eso nos ha venido deteriorando a todos los comerciantes, igualmente al pueblo. Antes la gente de las pulperías nos compraba cinco y diez libras por producto, ahora llevan una o dos libras. Las ventas han bajado demasiado y para que la gente compre, tenemos que acomodarle al cliente bolsitas pequeñas de diez y veinte córdobas, hasta de cinco córdobas”, manifiesta Rivera, quien añadió que por las malas ventas a veces pierden el producto, cuando estos se les descomponen.

Martín Berroterán, también vendedor de hortalizas, se queja por el alto costo de estos productos de consumo diario. “Cebolla 3,600 córdobas el quintal y la papa 2,000. La gente ha dejado de comprar, no hay circulante”.

Según Berroterán, desde hace tres meses, las ventas han bajado en un 70 por ciento y de trabajar con diez productos, ahora oferta solamente cinco. “A veces uno pierde, porque el producto se nos malea y para evitar eso tenemos que vender más barato, pero tampoco es ganga. Ahorita para poder comprar, si antes invertíamos por ejemplo diez mil córdobas, ahora hay que invertir treinta mil, todo está muy elevado”, añade.

Algunos marchantes han dejado de vender cebolla, ajo y papas, porque refieren que están demasiado caros y que la gente no compra.