Tanto el presidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco Americana (AmCham) Juan Pablo Carrasco y Enrique Lacs, Director Ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas (CGAB) coincidieron que Trump ya ha demostrado que puede fijar ese tipo de cobros, aunque no ha detallado cuáles serán.
Carrasco explicó que el Organismo Ejecutivo de Estados Unidos puede establecer este tipo de tarifas tanto para las remesas como aranceles para las importaciones. De esa forma lo ha anunciado para China, o para México y Canadá con los cuales tienen Tratados de Libre Comercio (TLC).
Estos pueden entrar en vigencia cuando el presidente así lo decida, agregó.
Aunque se tenga un TLC ratificado por el Congreso de Estados Unidos las decisiones de Trump como presidente surgen dentro de una excepción y se pueden aplicar.
Pero los aranceles o nuevos cargos a las importaciones que impondría Trump seguirían en vigencia hasta que alguna instancia emita alguna resolución, dijo Carrasco.
Lacs enfatizó que en el ámbito de comercio la acción que propone Trump, sería contraria al TLC que rige los aranceles entre ambos países, y que fue aprobado por el Congreso de EE. UU. “Habría que ver cómo puede violentar el acuerdo”.
Según Lacs, el comercio podría verse afectado, existen sectores que poseen algún margen y pueden seguir vendiendo aunque suban los aranceles, pero otros como el textil, azúcar, banano, café, entre otros, se verían impactados.
Bernando Solano, presidente de la Asociación Nacional del Café (Anacafé) dijo que la decisión de Trump aún no es oficial, pero en el escenario que sucediera, sería lamentable porque ya existen tratados comerciales que deben respetarse.
#DonaldTrump indica en Twitter que #Guatemala “decidió romper el acuerdo” que tenían sobre convertirse en tercer país seguro y que “Guatemala no ha sido buena”. https://t.co/VPweu3xmxE
— Prensa Libre (@prensa_libre) July 23, 2019
El 38% de las exportaciones de Guatemala en promedio anualmente se dirigen hacia los Estados Unidos y el año pasado se despacharon US$3 mil 845.4 millones, según los datos de comercio exterior.
Decisión generaría informalidad
En el tema de las remesas, tendría que llegar la propuesta al Congreso de Estados Unidos, si cobrará impuestos también debe reflejarse en la Ley de Presupuesto de ese país. “No había escuchado antes un impuesto a las remesas, es complicado cobrar impuestos a transacciones bancarias, porque es meterse en el sistema bancario y eso es bastante delicado”, expresó el especialista en comercio exterior.
Por otro lado, podría generarse informalidad en el traslado de las remesas sin necesidad de un intermediario como un banco o una remesadora, las personas buscarían otra forma de enviarlas, antes las personas viajaban con las remesas, como personas individuales, dijo Lacs.
Además, no todos los migrantes en Estados Unidos están bancarizados, agregó Lacs. “Las personas entran en pánico al escuchar estas amenazas, porque le queda la incertidumbre tanto a quienes envían remesas como quienes las reciben”.
“Las soluciones son escasas y se tendría que negociar con el país del norte para mitigar la migración, así como lo hizo México. Lo ideal es que los países del Triángulo Norte lograran unirse para buscar soluciones, pero se debe discutir a un alto nivel”, recomendó el profesional.
En promedio cada año Guatemala recibe Q44 mil 903 millones y la mayoría de esas remesas se reparten en Huehuetenango, San Marcos, Quiché, Quetzaltenango y Guatemala. Estos cinco departamentos serían los más afectados en caso el gobierno de Estados Unidos establezca un impuesto por envío de remesas, según el estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
FUENTE: PRENSA LIBRE