Aunque se prevén algunas excepciones a esta parálisis como la elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y salas de apelaciones —acción que es un mandato constitucional—, lo cierto es que es poco probable que leyes de importancia sean aprobadas por los legisladores en lo que resta del año.
En este escenario pareciera que los diputados tienen poco interés por lo que suceda en el Congreso; sin embargo, en paralelo a esta situación hay varios temas alternos que preocupan a los parlamentarios y a los cuáles prestan más atención, sin exponerlos públicamente.
El primero de estos involucra a la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), la segunda bancada más grande de esta legislatura con 28 diputados y que para la próxima será la primera pues tiene 52 parlamentarios electos.
Varias fuentes del Congreso aseguran que la derrota de su candidata presidencial, Sandra Torres, en el balotaje que se realizó el pasado 11 de agosto afectó fuertemente a la bancada y acentuó divisiones a lo interno.
Las fuentes coinciden en varios puntos, el primero es que perder la Presidencia provocó que la UNE pese a tener mayoría en la próxima legislatura no será el partido oficial y eso disgustó a varios diputados reelectos y electos que ya piensan en que forma pueden hacer alianzas fuera de las directrices partidarias.
El segundo, es que varios diputados consideran que no habrá ni a corto o mediano plazo renovación de cuadros en las jefaturas de la institución y no están de acuerdo en todas sus decisiones, lo cual está profundizando las fragmentaciones.
Este extremo es negado por Óscar Argueta, diputado y secretario general adjunto de la UNE, quien asegura que “están bien y consolidados” como grupo.
Agregó que de su parte “hay satisfacción” y destacó que de las cinco elecciones que existieron en el proceso electoral ganaron cuatro. “Esto muestra que la UNE es un partido exitoso, con una muy buena base social y lo más parecido a una institución que existe dentro del espectro político”, dijo.
“Nos sentimos bastante tranquilos, no vemos divisiones internas, tampoco que surja algún liderazgo compitiendo por la dirigencia actual, no veo por donde haya división”, aseveró Argueta.
El congresista reconoció que la derrota en el balotaje “sí afectó la moral” de la organización. “El esfuerzo y trabajo que se realizó generan expectativas a lo interno y al no contrastarse por supuesto existe un efecto moral, del cual ya nos estamos reponiendo”, aseguró.
Argueta recalca que no hay grupos a lo interno del partido y que no les preocupa que en algún momento aparezcan. “Si llegaran a surgir, las competencias internas dentro de los partidos políticos, genera dinámicas favorables siempre y cuando no se separen, creemos que si llegaran a existir corrientes internas serán bienvenidas y tendrán respeto”.
Pese a la aseveración del secretario general de la UNE, las fuentes sostienen que el partido lucha por mantener la unión interna y que esta situación incluso podría costarle tener el control de la directiva el próximo año, pese a ser nominalmente la bancada más grande.
Se le consultó a Argueta si les preocupa que en el futuro algunos diputados de su bancada decidan apoyar a otras planillas y respondió: “Hay temas en los cuales el partido es muy estricta y requiere disciplina partidaria hay otros donde hemos dado libertad para que voten como mejor consideren”.
“No van a cambiar esas dinámicas. Vamos a trabajar como lo hemos hecho, nos reunimos como bancada discutimos temas, exponemos criterios y se alcanzan consensos y dependiendo del tema y si no todos están de acuerdo tomamos diferentes acciones que permiten tener esa disciplina sin afectar la posición individual de cada uno de los compañeros”, indicó el legislador.
Argueta explicó que tienen contemplado tener más reuniones como la del pasado 22 de agosto cuyo objetivo es “cohesionarse nuevamente como un cuerpo político”.
Buscarían mantenerse en la directiva
El segundo tema que ocupa la atención de otro grupo de legisladores, particularmente aquellos que fueron reelectos, es la Junta Directiva del Congreso del próximo año, que sería la primera de la nueva legislatura.
Para conformar la Novena Legislatura, 50 diputados lograron su reelección 23 lo hicieron con la UNE y los restantes están divididos en 11 bancadas, la mayoría de estos diputados, con el conocimiento de las posibles fisuras en la que será la bancada mayoritaria buscan desde ya la forma de sacar ventaja.
En corrillos del Congreso se menciona que estos diputados apostarán por mantener a la cabeza de la directiva a Álvaro Arzú Escobar y Felipe Alejos, en la primera vicepresidencia, y para ello ya han empezado a cabildear con sus compañeros reelectos a quienes piden apoyo y que intercedan con sus compañeros electos.
Señalan que Alejos sería uno de los principales cabildeadores para lograr consolidar una planilla que tenga el apoyo necesario —mínimo 81 legisladores—.
Alejos aseguró que: “No son ciertas esas aseveraciones. Quienes las dicen quieren desinformar a la población. Hablar de una nueva Junta Directiva cuando faltan cinco meses es irresponsable”.
El primer vicepresidente del Congreso aseguró que la actual legislatura tiene mucho por hacer y negó que haya tenido acercamientos con diputados para cabildear una eventual planilla.
“No he tenido ningún acercamiento de ese tipo y cualquiera que lo diga es porque quiere desviar la atención de los temas pendientes que tenemos en el presente”, aseveró el congresista.
Sobre la información de que sería parte de la próxima Junta Directiva afirmó: “No tengo intenciones de integrarla, nuestra agenda es otra y debemos seguir avanzando en lo pendiente antes de que concluya la legislatura”.
Prensa Libre intentó comunicare con el presidente del Congreso Álvaro Arzú Escobar, pero no contestó a las llamadas hechas a su teléfono celular.
Mientras que otros señala que ser miembro de una bancada pequeña lo hace de alguna forma manejable para otras bancadas con más miembros y de esa forma evitar desgastes para estos bloques al comenzando la legislatura.
FUENTE: PRENSA LIBRE