Tegucigalpa, Honduras.- Analizar cómo la política fiscal toca de modo distinto las vidas de hombres y mujeres y empeora la desigualdad de género es el propósito de un estudio publicado por la Fundación Friedrich Ebert (FES) en diciembre del año pasado, pero presentado hasta agosto de 2020.
“La pandemia no nos dejó presentarlo antes”, explicó hoy la economista Ana Ortega, coautora del documento junto con María F. Hernández, durante el foro en Facebook “Tributación para la equidad”.
La política fiscal para Ortega es una manera que tiene el Estado hondureño “de mostrar voluntad política para reducir la brecha histórica entre mujeres y hombres”.
“Como se dice desde hace años, la política fiscal es clave para lograrlo porque es la herramienta con la que el gobierno recauda impuestos para invertirlos en la sociedad y dependiendo de qué áreas prioriza nos manda un mensaje de qué le interesa, los derechos de quiénes está priorizando”, dijo Ortega durante el foro de presentación.
La forma como los gobiernos recaudan ingresos y los redistribuyen “es una herramienta efectiva para combatir la desigualdad de género y la persistente pobreza”, señala el informe; sin embargo, agrega, la política fiscal hondureña ha servido más bien para incrementar la pobreza.
Separados por la historia
El estudio de las dos especialistas presenta en sus primeros capítulos cifras para mostrar cómo históricamente ha habido una enorme separación entre hombres y mujeres en varios campos, con desventaja para estas últimas.
Así por ejemplo, “en toda la historia política del país, solo dos mujeres han sido candidatas a la presidencia de la república”, señala el documento. “En todos los niveles electivos y en general, en los espacios de toma de decisión, como secretarías de Estado, ha sido visible la subrepresentación de las mujeres”.
Según Ana Ortega durante su presentación en el foro de FES, de “2001 a 2018, las mujeres están muy rezagadas respecto a los hombres” en cuanto a quiénes perciben salarios. “En ciertos años, ellas son la mitad. Si las mujeres somos mayoría en el país, ¿cómo es posible que esto pase?”.
En lo referente a población económicamente activa (PEA) y población en edad de trabajar (PET), la brecha entre hombres y mujeres “es enorme, de 60-40 o más. En ocasiones, la PEA masculina ha sido de 70 y la de las mujeres ha sido de apenas 30”, expresa la economista durante el evento en redes sociales.
La experta hizo un recorrido instructivo por la historia hondureña, presentando multitud de ejemplos que muestran cómo la desigualdad imperante durante siglos ha impactado en la manera en que las políticas fiscales del Estado hondureño escogen a quién beneficiar, con evidente favoritismo por la población masculina.
Ortega habló en el foro de cómo el informe analiza la forma en que se manifiesta la desigualdad de género a través de la historia hondureña. “En las últimas dos décadas hemos priorizado en las áreas política y económica por la forma en que se refuerza este tipo de discriminación y se vuelve difícil combatir la desigualdad”, expresó.
Las crisis recientes en Honduras, según Ortega, han creado una situación extraña en los índices de PEA y PET, ya que en el último año parece que las mujeres están más cerca de los hombres en el número de personas económicamente activas, pero en realidad es una “paradoja” porque esas cifras se presentan cuando hay menos trabajo en el país.
No hay discriminación explícita en las políticas hondureñas de Estado, sino “algo implícito” porque nadie reconoce el trabajo no remunerado que las mujeres hacen en casa cuidando a la familia y el hogar. “En la narrativa neoliberal, el trabajo no pagado que ellas hacen no existe”, dijo Ortega.
Fuente: Criterio.hn