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Subsecretario de Relaciones Exteriores de Alemania busca “tender puentes” entre Ortega y opositores

Annen, visitó Nicaragua, con la intención de acercar al gobierno de Daniel Ortega y la opositora Alianza Cívica para que vuelvan a la mesa de diálogo

El subsecretario alemán de Relaciones Exteriores, Niels Annen, expresó el lunes confianza en que Nicaragua podrá resolver la grave crisis política que la aqueja desde hace más de un año, pero advirtió que eso no será posible en unos pocos meses, porque todavía queda “un largo camino” por recorrer.

En entrevista exclusiva con DW en Managua, después de reunirse con el canciller Denis Moncada y con dirigentes de la opositora Alianza Cívica (AC),  Annen recordó que el conflicto que estalló con protestas estudiantiles en abril de 2018 dejó “una gran cantidad de muertos, y eso afecta el clima político” en un país acostumbrado a resolver sus problemas por medios violentos.

El alto funcionario  alemán también se entrevistó con el representante de la OEA, Luis Rosadilla, y con el nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, testigos de la última negociación entre Ortega y la AC. Hizo tiempo para recorrer la capital y fotografiarse con la embajadora de su país, Ute König, junto a las paredes de la iglesia Divina Misericordia, perforadas por las balas que la Policía disparó contra estudiantes refugiados en el templo, hace casi un año.

DW: Usted vino a Nicaragua en octubre para ofrecer apoyo de cara a una negociación que finalmente arrancó en febrero pasado. ¿Considera que el país está más cerca hoy de alcanzar una solución a la crisis?

Niels Annen: Creo que sí. En mis encuentros aquí no he encontrado a nadie que esté en contra de una solución política ni de volver al diálogo, y eso es importante. La negociación permitió liberar a una gran cantidad de presos (unos 600) y demostró que el diálogo puede dar resultados, aunque también sabemos que puntos clave del acuerdo que ambas partes firmaron no fueron implementados. Existe un descontento también, se nota. Y no existe ninguna  garantía de que la situación aquí se va a mantener en calma.

DW: ¿Es posible reanudar el diálogo aunque existan compromisos sin cumplir por el gobierno, como la restauración plena de las libertades públicas, la liberación de casi un centenar de personas aún en prisión y la negociación de una reforma electoral?

Por lo menos hemos visto la liberación de una gran cantidad de presos; ese fue un acuerdo importante en el diálogo, que ojalá pueda continuar y  produzca más resultados en materia de derechos de los ciudadanos, de la reconciliación y otros asuntos difíciles.

Llegar a un acuerdo es importante para avanzar en una reconciliación verdadera, pero no se logrará en unos meses. Temo que Nicaragua tiene un largo camino por delante. Sin embargo, las oportunidades existen; Nicaragua tuvo un alto nivel de seguridad pública, a diferencia de otros países de la región, y la comunidad internacional tiene interés de que esa estabilidad se mantenga.

Alemania también quiere estabilidad en Nicaragua, porque tenemos una relación extraordinaria, porque nos separa una gran distancia geográfica pero hemos estado cerca desde el movimiento de solidaridad con la revolución sandinista de los años ’80, cuando se creó una red que todavía existe.

Usted mismo participó en esa red, siendo muy joven…

Sí, yo tenía unos 19 años cuando vine a la ciudad de León, como parte de un intercambio juvenil. Y aunque pienso que el entusiasmo de entonces no existe hoy en día, se ha mantenido la infraestructura, los hermanamientos y las redes que se formaron.

Desde entonces Alemania mantiene interés en Nicaragua y existe una relación muy especial, muy estrecha. En las últimas décadas hemos apoyado proyectos importantes para mejorar la vida de los nicaragüenses, como el saneamiento del agua en el Lago de Managua. De hecho, yo asumí mi puesto en marzo del año pasado y esta ya es mi segunda visita.

Sin embargo, debo aclarar que nosotros no somos mediadores en este conflicto. Somos amigos de Nicaragua. Y tanto en esta visita  como en la anterior, hablé de nuestra voluntad de ayudar si las partes lo desean.

A veces es preferible no hablar tanto de lo que se puede hacer, pero es posible apoyar facilitando encuentros con los grupos en conflicto. Lo hemos hecho en algunas regiones del país y pienso que es una contribución. Estamos en disposición de hablar con la oposición y con el gobierno, transmitir mensajes de un lado al otro, aunque hay que ser realistas: Alemania no va a solucionar el conflicto, deben resolverlo los propios nicaragüenses.

El Parlamento Europeo advirtió que impulsaría sanciones contra funcionarios del gobierno de Ortega si éste no cumplía lo acordado en la negociación. ¿En qué punto está el tema de las sanciones?

Eso es asunto de todos los países miembros de la Unión Europea. Está bien claro que Nicaragua sigue en agenda de la comunidad internacional, no sólo de la Unión Europea. Estados Unidos ha dictado una gran cantidad de sanciones relevantes y Canadá también. Esto es parte del debate que existe pero no es mi responsabilidad proponer medidas concretas a la UE.

¿Alemania apoyaría sanciones al gobierno de Nicaragua?

No estamos ahí ahora. Y yo espero que todos los actores aquí entiendan que si pueden solucionar sus problemas con dedicación y rapidez, probablemente eso facilitará una situación en la que no va a continuar el debate sobre las sanciones. Pero insisto, esto no es una decisión mía, sino del debate que se lleva a cabo a nivel de la UE.

Nicaragua es la primera escala de una gira por otros países mesoamericanos: El Salvador, Honduras y México. ¿Está Alemania replanteando sus relaciones con América Latina?

A un mes de la conferencia de apertura de la Iniciativa de América Latina, nuestro mensaje es claro: queremos trabajar estrechamente con los países de esta región, ya que con casi todos compartimos la idea del multilateralismo, en momentos en que las reglas del orden internacional se ponen en riesgo por parte de las grandes potencias.

En el caso de Mesoamérica hay temas estrechamente relacionados, como la crisis migratoria y las tensiones entre México y Estados Unidos, que tienen un impacto directo en la situación de El Salvador, Honduras y Guatemala. Y en Nicaragua, por supuesto, tenemos una situación de crisis que todavía necesita la atención de la opinión pública y de la comunidad internacional.

FUENTE: Hoy!

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