José Luis Merino fue el hombre detrás de los negocios Alba. Pasó de la clandestinidad durante la época del conflicto armado salvadoreño a representar el conglomerado de empresas Alba Petróleos. Raras veces dio entrevistas o aparecía en los medios de comunicación. Siempre que tenía un evento público era esquivo y se rodeaba de gente que le construía un anillo protector sin ser agentes de seguridad. Es su estilo y su coraza.
Obtuvo fuero constitucional en 2007 cuando fue electo diputado propietario del Parlamento Centroamericano (Parlacen) y un año después fundó Alba Petróleos con alcaldes del FMLN que ya habían conformado la Asociación Intermunicipal Energía para El Salvador (Enepasa).
Merino, también conocido como Ramiro Vásquez (su seudónimo de guerra) se convirtió además en el enlace directo entre Venezuela y el FMLN, así como con Alba Petróleos y Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA), empresa pública de ese país que aportó capital para que naciera ese proyecto en El Salvador bajo la promesa de una “finalidad social” en sus operaciones.
Sin embargo, cuando dejó de ser diputado del Parlacen en octubre de 2016, el gobierno del expresidente Salvador Sánchez Cerén le creó una nueva figura que le otorgaba inmunidad: lo nombró viceministro para la Inversión Extranjera, una dependencia que no existía en la Cancillería de la República y que le permitió, hasta el 31 de mayo, gozar de inmunidad porque, según la Constitución de la República, gozan de fuero funcionarios como el presidente y vicepresidente, los ministros, viceministros, embajadores y diputados entre otros cargos.
Fuentes internas de la Cancillería confirmaron a El Diario de Hoy que el trabajo de Merino en esta cartera de gobierno era inexistente y aseguraron que en el organigrama del viceministerio para la Inversión Extranjera no hay ninguna oficina relacionada ni personal asignado, excepto una secretaria que se mantenía en el despacho del ex funcionario respondiendo llamadas y tramitando solicitudes porque él “raras veces llegaba”.
El Departamento de Estados de EE.UU., que incluyó a Merino en su “lista negra” de personajes sospechosos de corrupción, advirtió en su informe de mayo que el veterano dirigente del FMLN nunca ha sido procesado, precisamente por estar blindado, es decir con inmunidad.
Merino buscó retener la diputación que le daba ese blindaje para el período 2018-2021. Corrió en las elecciones legislativas y municipales de 2018 por una diputación en el departamento de San Salvador, aunque sin éxito, pues solo logró unos 75,000 votos.
José Luis Merino, antiguo miembro del Partido Comunista, asumió mayor protagonismo en el FMLN tras la muerte de Schafik Hándal. Además siempre se presentó como “asesor mayor” de Alba Petróleos, incluso nombrando a allegados en sus empresas, como el caso de Erick Vega, uno de sus hombres de confianza que ha tenido cargos en Alba y en subsidiarias del conglomerado.
Vega fue asistente personal de Merino durante más de una década. Antes de que Nayib Bukele asumiera como presidente de la República, Vega participó de la comitiva que viajó con él a República Dominicana en abril.
Merino y sus nexos con Alba Petróleos aparece en una lista de investigación por corrupción revelada por el Departamento de Estado de los EE. UU., donde también se detalla que la familia Merino pudo haber desviado unos $400 millones en una serie de empresas ficticias que tenían cuentas en Panamá entre otras.
Merino tampoco goza de la simpatía y apoyo de funcionarios estadounidenses como el senador republicano Marco Rubio, quien lo señaló en reiteradas ocasiones como “lavador de dinero de primera clase” y aseguró que fue un proveedor de armas para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Él hasta hoy no se ha expresado ante las acusaciones, pero el FMLN sí las ha calificado de “infundadas”.
FUENTE: elsalvador.com