A juicio de Jean Manes, El Salvador recibe una atención del gobierno de Estados Unidos que corresponde poco a su dimensión territorial y al número de habitantes que reciben en el país. Y es que, según ella, los desafíos que enfrenta esta pequeña nación afectan directamente a su país.
Manes, quien hasta fin de mes será la embajadora de Estados Unidos en El Salvador, habla de combatir las causas de la migración irregular y la lucha contra el crimen organizado, dos exigencias que su país ha hecho a cambio de continuar su cooperación.
La embajadora advierte que su gobierno está siguiendo de cerca a los países del Triángulo Norte, que comprende a Honduras, El Salvador y Guatemala. “El presidente (Donald Trump) quiere ver que los tres países estén liderando el asunto de migración ilegal”, añade, y lamenta que “hasta ahora (Trump) ha sentido que no había suficiente compromiso de los líderes de estos países y de México de hacer su parte”.
Esta puede ser una de las razones por las que Trump ha amenazado en múltiples ocasiones de cortar la ayuda económica, razona.
Por medio de su cuenta de Twitter, Trump dijo en diciembre de 2018 que “Honduras, Guatemala y El Salvador no están haciendo nada por Estados Unidos, sino que se están llevando nuestro dinero. (…) Cortaremos toda la ayuda a estos tres países, ¡se han aprovechado de Estados Unidos durante años!”
Además, el pasado 17 de junio un portavoz del Departamento de Estado afirmó que esta institución tiene pensado reorientar fondos designados al Triángulo Norte para apoyar al líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó. “Trabajando con el Congreso, estamos explorando la reprogramación de parte del financiamiento para promover la democracia en Venezuela”, dijo.
Sin embargo, la embajadora afirma que no hay una decisión final sobre estos fondos y añade que el trabajo de las misiones diplomáticas es comunicarle a los países del Triángulo Norte los requisitos que establece el presidente para continuar la cooperación y apoyar a estos países para cumplir estos parámetros.
Manes considera que en los últimos meses de los gobiernos del FMLN y el inicio de la administración de Nayib Bukele, El Salvador está mostrando señales positivas como reducción en la migración irregular, así como avances en la seguridad y crecimiento económico.
Asimismo, Manes manifiesta que hay interés por trabajar de cerca con el país y prueba de ello es que el presidente Trump ha enviado al país a funcionarios de primera línea, como el fiscal general William Barr, quien afirmó al gobierno saliente de Sánchez Cerén que su país colaborará en la lucha contra las pandillas; el secretario de comercio Wilbur Ross, quien participó en la toma de posesión y anunció que su país busca estrechar la inversión y el intercambio; y el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien estuvo recientemente en el país y reafirmó, entre otras cosas, el acuerdo de cooperación para el centro de monitoreo del crimen organizado en Comalapa.
Áreas clave para EE. UU.
Sobre el tema de seguridad, la embajadora destaca una reducción de los crímenes violentos, así como una significativa caída del porcentaje de sobrepoblación carcelaria, algo que atribuye al segundo gobierno del FMLN, encabezado por Salvador Sánchez Cerén. Este gobierno transitó de un 400% de sobrepoblación a un 140%, debido en a la ampliación de la capacidad instalada del sistema, así como la introducción de granjas penitenciarias.
En cuanto a la economía, Manes ve en la administración actual un giro de 180 grados con respecto a los gobiernos anteriores, cuya gran deuda fue no sentar las bases de confianza con el sector privado para motivar la inversión, el intercambio y la generación de empleos.
Además destaca que hay un enfoque de transitar hacia industrias tecnológicas y de programación, así como iniciativas para diversificar la economía e invertir en el turismo.
“Estos son temas que El Salvador tiene que aprovechar, pero hacerlo bien, con planes de alta calidad para crecer pero cuidar sus recursos naturales. Tiene que haber buenos planes de infraestructura, de tratamiento de aguas, pero también mucha visión”, manifiesta.
Retos por delante
No todo es optimismo, reconoce Manes en su última conferencia con prensa escrita. El Salvador aún tiene grandes retos que afrontar, entre ellos, mantener el incipiente avance en el tema de seguridad.
En el mes de julio, según cifras de la Policía Nacional Civil, hay poco más de 5 homicidios diarios. Sin embargo, a inicios de la gestión Bukele el gobierno dejó de incluir en sus cifras de violencia criminal algunos casos, como muertos encontrados en fosas o los muertos en enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, pero según reportes periodísticos estos incidentes se han vuelto a considerar en las cifras oficiales.
Asimismo, sigue habiendo una alta incidencia de desapariciones. A inicios de mes, la Fiscalía General de la República reveló que recibe alrededor de 9 denuncias diarias de desapariciones forzadas y el titular de esta institución presentó una iniciativa al Legislativo para castigar este crimen con cárcel de hasta 45 años.
Las desapariciones, los homicidios y el control territorial de las pandillas siguen siendo factores que empujan a que mes a mes miles de salvadoreños tomen la decisión de migrar a Estados Unidos.
Otro tema pendiente, según Manes, es dinamizar el comercio y aprovechar las oportunidades que presenta aCentroamérica el Tratado de Libre Comercio con EE. UU. (DR-CAFTA por sus siglas en inglés).
Según la diplomática, “El Salvador tiene que tomar ventaja de su privilegiada posición geográfica y el mercado de Estados Unidos porque ya tiene DR-CAFTA, pero no lo está aprovechando al 100 %”. Esto, dice, “tiene que ver con aduanas y el tiempo que sus productos tarden en llegar a Estados Unidos”.
Modernizar e integrar las aduanas de El Salvador con el resto de la región fueron de las principales recomendaciones que la embajadora Manes hizo a lo largo de su periodo, que inició el 29 de marzo de 2016. A su juicio, es uno de los factores que más puede dinamizar la economía y ayudar a generar empleos, además de fortalecer un enfoque de exportaciones a las empresas locales.
“Las empresas locales piensan primero en el mercado local y luego en exportar. Deberían pensar primero en la exportación porque para crecer la economía el mercado no está aquí, es un país chiquito. Crecer en un 4 o 5% tiene que ver con las exportaciones y si las aduanas funcionan, hasta una empresa pequeña puede exportar”, sostiene.
Otro tema por resolver para generar más confianza es continuar los avances en la lucha contra la corrupción, manifiesta.
Según Manes, El Salvador dio pasos en la dirección correcta, pero sigue habiendo áreas por abordar, como la necesidad de una Ley de Función Pública, e instituciones por fortalecer, como la Corte de Cuentas.
Para ello, añade, se necesita la voluntad del gobierno y participación de la ciudadanía que mantenga vivas las instituciones y que repudie el mal uso de los recursos públicos.
Finalmente, la embajadora destaca que el respeto a derechos fundamentales como la libertad de expresión es un área prioritaria. Por un lado, reconoce que el presidente y su gabinete tienen una forma de comunicarse directamente con la ciudadanía por medio de las redes sociales, pero esto no debe eximirles de rendir cuentas a la población y someterse al escrutinio de la prensa.
Asimismo, considera que es deseable que en El Salvador se fortalezca el sistema de partidos y haya una oposición efectiva y constructiva, ya sea con nuevos institutos políticos o con los actores tradicionales.
Visiones antes de su partida
Jean Manes no oculta que extrañará su cargo en El Salvador. En esta rueda de prensa afirma que su sucesor, Ronald Douglas Johnson, llegará al país en un periodo importante de “oportunidades sin límites”.
A su juicio, hay voluntad de Washington de mantenerse cerca a El Salvador, pero debe haber una contraparte del gobierno salvadoreño para fortalecer su seguridad y su economía. “Estados Unidos seguirá apoyando a los países aliados para mejorar sus condiciones, pero si los gobiernos no ponen de su parte hay poco que podamos hacer”, sentencia.