La captura de un alumno de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP) en diciembre pasado por sus supuestos vínculos con la Mara Salvatrucha (MS) es una muestra de las verdaderas intenciones que mantienen estas estructuras criminales de infiltrarse en las instituciones de seguridad pública como la Policía Nacional Civil, la ANSP y la Fuerza Armada.
El alumno de la academia, a quien identificaron como César Antonio Palacios, fue arrestado en diciembre pasado en el parque municipal de Cojutepeque, Cuscatlán. Palacios era reclamado desde octubre pasado por un Juzgado Antimafia de Instrucción de San Salvador para que respondiera por organizaciones terroristas.
Las autoridades policiales lo vinculaban con la pandilla 18 que opera en el cantón Ojos de Agua de Cojutepeque, Cuscatlán.
Al momento de ser detenido, Palacios hacía sus prácticas policiales en el área de prevención de la unidad de Tránsito Terrestre de la delegación policial de Zacatecoluca, departamento de La Paz.
Palacios no es el único alumno de la academia de Policía que es señalado como pandillero, aunque en este caso, les falló los estrictos controles que las autoridades aseguraban tener porque desconocían que este joven tenía una orden de captura pendiente.
Pero el problema de la infiltración en la academia policial tampoco se limita al caso descrito, sino que es mucho mayor.
Las autoridades de la Academia Nacional de Seguridad Pública detectaron que 1,187 pandilleros o colaboradores de pandillas pretendieron infiltrarse en ese centro de estudios policiales, pero fueron descubiertos a tiempo, por lo que no fueron admitidos en el proceso de selección, mientras que otros 67 fueron expulsados siendo ya alumnos de la referida academia policial.
Las cifras corresponden a los últimos diez años, según un informe de la Oficina de Acceso a la Información Pública de la referida institución. La mayoría de los pandilleros detectados pretendía matricularse o estaban en la escala básica, es decir, para graduarse como agente de la Policía.
Un total de 67 alumnos (mujeres y hombres) fueron expulsados de la ANSP por sus vínculos con alguna pandilla y 1,187 aspirantes a ingresar a la misma fueron rechazados en el proceso de selección.
Los pandilleros o colaboradores descartados en el proceso de ingreso a la Academia corresponde a 14 convocatorias en la última década.
Un total de 9,167 aspirantes a ingresar a la Academia de esas convocatorias fueron investigados en ese mismo período, de los cuales esos 1,187 pertenecían a pandillas o tenían algún tipo de vínculo con ellas.
De ese total (1,187), se descubrió que 731 pertenecían a la Mara Salvatrucha (MS) y que 456 eran miembros de la Pandilla 18.
A pesar de haber detectado a una gran cantidad de aspirantes a ser policías, hubo otros pandilleros que lograron penetrar la barrera de los controles con los que cuenta el referido centro de estudios policiales.
Las autoridades de la ANSP expulsaron a 67 alumnos de la academia al descubrir que tenían vínculos o pertenecían a las pandilla. Esas expulsiones se dieron entre el 1 de enero de 2010 al 30 de julio pasado.
Del total de expulsados, 43 eran hombres y 24 mujeres. Además, 43 pertenecían a la Mara Salvatrucha (MS) y 24 a la pandilla 18.
El informe de la Unidad de Acceso a la Información Pública de la ANSP detalla que las autoridades decidieron expulsar a estos alumnos, después de que se les abriera una investigación interna disciplinaria que reveló indicios de que ellos tenían relación o pertenecían a pandillas, declaradas como organizaciones terroristas por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
El 2011 es el año en el que más alumnos fueron expulsados de la academia de Policía. Hubo 14 expulsiones, de los cuales nueve eran hombres y cuatro eran mujeres.
En 2017 separaron a 11 alumnos: nueve hombres y dos mujeres. Tres años antes, en 2014, separaron a 10 alumnos, pero en ese caso seis eran mujeres y cuatro hombres, según el informe del Instituto de Acceso a la Información Pública.
Sobre los 67 aspirantes a policías expulsados, se desconoce si las autoridades enviaron los expedientes a la Fiscalía General para que los investigara como integrantes de esos grupos criminales o si estaban involucrados en algún hecho delictivo.
Esta sería una de las preguntas que se le haría al director de la ANSP, pero el pasado viernes suspendió la entrevista que había pautado para El Diario de Hoy.
Pertenecer a pandilla y tatuarse el cuerpo son causa de sanción
La pertenencia a pandillas u otras formas de agrupación con fines delincuenciales o violentos; así como, mantener relaciones amistosas, amorosas, de convivencia u otras vínculos cercanos con personas pertenecientes a tales agrupaciones es una falta disciplinaria muy grave de acuerdo al numeral 11 del artículo 12 del instructivo disciplinario para los alumnos de la ANSP.
Realizarse tatuajes de cualquier tipo en partes visibles del cuerpo, cuando se es alumno de la academia es falta disciplinaria muy grave.
En ese sentido, el mismo instructivo contempla las sanciones disciplinarias para las faltas muy graves. El artículo 15 establece que las sanciones disciplinarias para los alumnos que cometan faltas muy graves serán sancionados con la suspensión sin goce de beca por más de tres meses e inhabilitación para asistir a las actividades académicas programadas durante el período que dure la suspensión.
Además contempla la inhabilitación permanente para reingresar a la Academia, en caso de que el alumno infractor sea expulsado de manera definitiva.
En julio pasado, el ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, reveló que 348 personas aspirantes a ingresar a la Fuerza Armada fueron separadas del proceso de reclutamiento porque se descubrió que tenían vínculos con las pandillas.
Entre 2010 y 2017, la institución armada separó a 645 militares de sus filas por supuestos vínculos con pandillas; 16 de ellos tenían rango de suboficiales, lo que les permitía tener personal de tropa bajo su mando, según un informe de la Unidad de Acceso a la Información Pública del Ministerio de Defensa, el cual fue publicado en su momento por El Diario de Hoy.
FUENTE: elsalvador.com