Política. El asesor de seguridad nacional de EE. UU., John Bolton, planteará durante su visita de esta semana a Moscú la preocupación de Washington por los lazos de Rusia con Nicaragua y también con Venezuela y Cuba.
John Bolton, el asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense, Donald Trump, planteará durante su visita de esta semana a Moscú la preocupación de Washington por los lazos de Rusia con Nicaragua, Cuba y Venezuela, en un intento de que el Kremlin reduzca su apoyo a esos países.
Bolton, quien se reunió ayer con altos cargos del gobierno ruso y se verá hoy con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, tenía la intención de conversar con ellos sobre la situación en esos tres países de Latinoamérica, según un alto funcionario estadounidense.
“Hablará con Rusia sobre Nicaragua, Cuba y Venezuela. No vamos a hacer avances en este continente mientras Rusia siga trabajando con regímenes como esos tres”, dijo el funcionario, quien pidió el anonimato, en una conversación con un pequeño grupo de medios, entre ellos Efe.
Las reuniones
El asesor de Trump se reunió ayer con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y con el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, en su segunda visita a la capital rusa, en menos de 6 meses.
Bolton llevaba una agenda apretada y llegó a Moscú un día después de que Trump anunciara su intención de abandonar el tratado con Rusia de eliminación de misiles nucleares de mediano y corto alcance (INF, por su siglas en inglés), por lo que ese asunto prometía acaparar buena parte de las conversaciones.
Sin embargo, el nuevo asesor de seguridad nacional de EE. UU., quien lleva apenas seis meses en el cargo, ha dado señales de que quiere recrudecer el discurso de Washington frente a Nicaragua, Cuba y Venezuela, a quienes considera sus principales antagonistas en el hemisferio occidental.
Bolton tiene previsto dar “detalles pronto” sobre la estrategia de Estados Unidos ante esos “tres países”, que considera que concentran los “movimientos antidemocráticos” en el continente, adelantaron la semana pasada fuentes del gobierno estadounidense.
El voto ruso en la ONU
El pasado 5 de septiembre, Rusia se opuso en el Consejo de Seguridad de la ONU a que la crisis de Nicaragua pasara a formar parte de la orden del día.
En esa ocasión, el representante de la federación de Rusia, Vasili Nebenzia, sostuvo que la crisis de Nicaragua no representa una amenaza a la seguridad mundial.
“El Consejo de Seguridad (de la ONU) es responsable de mantener la paz y la seguridad internacional, y la situación política interna de Nicaragua no corresponde a esta amenaza, se trata de un ejemplo edificante y triste de la injerencia de una potencia externa y destructora”, dijo Vasili Nebenzia ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Estados Unidos es el país que elevó a la ONU el debate sobre la crisis en Nicaragua, explicando que la situación representa una amenaza a la seguridad regional.
El tratado Start
John Bolton, asesor de Donald Trump, también trató ayer con Nikolái Pátrushev sobre el futuro del tratado Nuevo START (o START III), que expira en 2021 y busca limitar el arsenal nuclear de las dos potencias de forma paritaria.
Según el citado funcionario estadounidense, la Casa Blanca “no tiene aún una posición definitiva” sobre qué hacer con ese tratado.
“Pero hay varias consideraciones, incluida la renegociación, volver al modelo del ‘Tratado de Moscú’ o una extensión, pero esa última opción es improbable”, aseguró la fuente.
Esas declaraciones rebajan las expectativas de que Estados Unidos prolongue durante cinco años más el tratado firmado en 2010, que tanto Trump como Bolton han criticado en varias ocasiones.
El Tratado de Moscú de 2002 limitaba también el número de cabezas nucleares de ambas potencias, pero el nuevo START rebajó ese tope aún más, en un 30 por ciento.
El citado funcionario aseguró que Bolton planeaba advertir también a Rusia que “no facilite la evasión iraní de las sanciones estadounidenses”, dos semanas antes de que entre en vigor una segunda ronda que afectará a las transacciones con el Banco Central de Irán y al sector petrolero, vital para la economía del país.