Intentos de atentado contra el ex presidente demócrata Barack Obama y su ex secretaria de Estado Hillary Clinton. Así lo ha confirmado el Servicio Secreto de EEUU, que ha declarado que dos “paquetes sospechosos” con posibles “artefactos explosivos” han sido descubiertos esta mañana en las residencias de la familia Obama, en Washington, y Clinton, en Nueva York.
El incidente llega dos días después de que el multimillonario George Soros, conocido por su apoyo financiero a la expansión de la democracia en los antiguos países comunistas y a causas de izquierda en EEUU, recibiera otra bomba en su correo.
Del incidente de los Obama se tienen menos datos. Según las autoridades, fue detectado por el Servicio Secreto en la casa del barrio de Kalorama, en Washington. Los Obama son vecinos, casi puerta con puerta, con los embajadores de la UE y Francia, y Jared Kushner e Ivanka Trump, yerno e hija de Donald Trump, respectivamente. Según el New York Times, las autoridades ya han confirmado que el “paquete sospechoso” es una bomba.
En el caso de los Clinton, el paquete también contiene una bomba, según informa la agencia de noticias Associated Press (AP), y fue descubierto por el Servicio Secreto. De acuerdo con fuentes policiales citadas por ese medio, el explosivo “era operativo”. Los Clinton viven en Chappaqua, un área residencial en el extremo norte de la ciudad de Nueva York.
La bomba parece ser de fabricación casera y similar a la que fue enviada al financiero y filántropo George Soros, el lunes. En aquella ocasión, el artefacto también fue descubierto por un empleado. Soros, el hombre que sacó a la libra esterlina del Sistema Monetario Europeo, es un destacado defensor de la democracia, sobre todo en los países del antiguo bloque del Este. Su Open Society Foundation ha sido expulsada de Hungría -el pais en el que nació en 1930- por el Gobierno ultraderechista de Viktor Orban.
En EEUU, Soros es la ‘bestia negra’ de la ultraderecha, que le acusa desde haber pagado la caravana de migrantes de Centroamérica hasta mantener redes de niños sometidos a esclavitud sexual o de haber sido un colaboracionista nazi, algo increíble porque Soros, que es judío, sobrevivió al Holocausto.
Donald Trump ha acusado a Soros de pagar a manifestantes que se oponían al nombramiento del juez conservador Brett Kavanaugh al Supremo. En Estados Unidos, se ha convertido en una acusación poco menos que rutinaria la de recibir dinero de Soros (esto se extiende a los corresponsales extranjeros en la sección de comentarios de los periódicos) cuando se hacen o dicen cosas desfavorables a Donald Trump.
La Casa Blanca ha condenado “los despreciables intentos de aterrorizar al presidente Obama, el presidente Clinton, la secretaria de Estado Clinton y a otras figutras públicas”, en un comunicado emitido por la portavoz, Sarah Huckabee Sanders. Donald Trump, pese a su bien conocida tendencia a usar Twitter para dar su opinión de todo y, en particular, atacar a la oposición, no ha hecho ningún comentario. Entretanto, parece que cierta histeria se está empezando a apoderar de EEUU con los paquetes-bomba.