Es música, sí, pero no se sabe de dónde. Cada estand tiene sus propios parlantes que disparan los ritmos del país al que representa.
Es necesario acercarse a cada uno para poder distinguir las melodías. La música es el primer gancho. Una vez frente al puesto, los anfitriones reciben al visitante en el idioma que este prefiera, inglés o chino, empiezan a hablarle de los aspectos más valiosos de sus lejanas tierras, al tiempo que le enseñan artesanías y fotografías de los lugares de los que se sienten orgullosos.
La escena ocurre en la tercera edición de Encuentro en Chang’an, el Corazón de la Ruta de la Seda, actividad organizada por la Universidad de Chang’an, ubicada en Xi’an, capital de la provincia noroccidental china de Shaanxi.
El evento de intercambio cultural contó con la participación de más de 300 estudiantes de 34 países de Asia, África y Oriente Medio. Y aunque en un primer momento parecía que América Latina no era parte del show , de repente empezaron a flotar en el aire letras de reconocidas canciones en español como ‘La flor de la canela’ y, finalmente, entre la muchedumbre, apareció un afiche con imágenes de llamas, paisajes andinos, la ciudad indígena de Machu Picchu y una enorme bandera de Perú.
Pero tal vez aún más llamativo que el hecho de que este fuera el único estand latinoamericano del certamen, era que a su cargo no solo estaba un peruano, sino también representantes de otros dos países: Bolivia y Panamá.
‘Esta es una gran oportunidad para mostrar la cultura de nuestros países’, celebra Jemuel Zarabia. Para él, la actividad hizo que la plaza de la universidad se convirtiera en ‘un minimundo en el que los estudiantes extranjeros y chinos, sin necesidad de viajar, pueden conocer en tiempo real todos los aspectos de la cultura de los otros países e interactuar con su gente’.
Fuente: Estella de Panamá