Guardias fronterizos estadounidenses abrieron fuego con balas de “goma” y gas lacrimógeno, contra un grupo de migrantes que pretendían ingresar por la fuerza a territorio estadounidense.
Diversas organizaciones protectoras de derechos humanos condenaron estas acciones de represión en contra de civiles desarmados, por parte de oficiales de Estados Unidos. Una acción que fue tomada ante la desesperación de permanecer por varios días en condiciones de hacinamiento.