La incertidumbre sobre las candidaturas del detenido expresidente Ricardo Martinelli, la “infoxicación” en las redes sociales por los candidatos, el favoritismo de uno de los partidos tradicionales, la coherencia de la izquierda panameña, son algunas de las claves a un mes de las elecciones generales del próximo 5 de mayo en Panamá.
Siete candidatos, cuatro de partidos y tres independientes, se disputan la Presidencia para el periodo 2019-2024, entre estos el oficialista José Blandón (Partido Panameñista, PPa), los opositores Rómulo Roux (Cambio Democrático, CD), Laurentino Cortizo (Partido Revolucionario Democrático, PRD) y Saúl Méndez (Frente Amplio por la Democracia, FAD).
Además, los independientes son Ana Matilde Gómez, actual diputada y exprocuradora; Ricardo Lombana, excónsul y empresario; y Marco Ameglio, exdiputado panameñista e industrial.
Estas son algunas claves del proceso electoral más restrictivo -hasta en centavos se cuenta el gasto- que afrontan los mas de 2,7 millones de panameños desde la reinstalación de la democracia, en 1989, tras 21 años de dictadura militar:
1. EL “LOCO” EN LA INCERTIDUMBRE
El llamado “loco” Ricardo Martinelli, preso por una investigación sobre interceptación de telecomunicaciones durante su mandato, es candidato a diputado y alcalde de la capital del país, donde, según las encuestas, encabeza la intención de voto un poquito más que, Jose Luis Fábrega, del PRD, y espera que el próximo 9 de abril se defina en el Tribunal Electoral una impugnación sobre sus aspiraciones.
Martinelli lidera con un 25,3 por ciento la intención de voto para alcalde de la Ciudad de Panamá, según la encuestadora española GAD3 para el diario local La Prensa, seguido con el 23,7 por ciento por Fábrega.
De ser desestimadas sus candidaturas, sus respectivos suplentes, la exalcaldesa Mayín Correa y el diputado Sergio Gálvez, ocuparán su puesto en la papeleta de votación, mientras tanto “goza de todos sus derechos electorales”, según confirmó el magistrado presidente del organismo árbitro de los comicios, Heriberto Araúz, pues “no existe ninguna condena en firme” contra el candidato, solo las restricciones que le impone el sistema carcelario panameño.
2. LA “INFOXICACIÓN” DIGITAL PLAGA LA CAMPAÑA PANAMEÑA
En cultura digital se acuñó el término “infoxicación” para definir el exceso de información en el ciberespacio, eso es lo que le toca vivir en estas semanas a los panameños y sus más de 6 millones de teléfonos móviles que están conectados a redes sociales.
Centros de llamadas, influenciadores, los mismos candidatos, troleros, aplicaciones de opuestos a la reelección, entre otros, atosigan las redes sociales con sus mensajes que pretenden captar la atención del electorado, a riesgo de realizar un esfuerzo inútil porque la penetración de las principales redes sociales (facebook, instagram, twitter o youtube) no alcanza ni al 50 por ciento de los cibernautas en Panamá, muchos de ellos menores de edad que no votan.
El Tribunal Electoral (TE) de Panamá, montado también en la autopista de la información, tiene su propia aplicación y controla, en alianza con las empresas dueñas de las redes sociales, eventuales violaciones a la ley electoral, para poner las respectivas denuncias y lograr que se saquen de la red los mensajes nocivos, a la par que desarrolla una campaña digital de concienciación sobre el voto.
Nadie puede colgar pancartas ni vallas en sitios públicos, por lo que el país luce sin contaminación visual por primera vez en los últimos 30 años.
3. EL FAVORITISMO DE UN PARTIDO TRADICIONAL
El PRD, que fuera el brazo político de la dictadura militar (1968-1989), según todas las encuestas científicas, se alza con el favoritismo para ganar al menos la Presidencia con Laurentino “Nito” Cortizo, en algunas sobrepasando el 50 por ciento de votos, en un país donde por mayoría simple se obtiene el cargo.
A Cortizo lo acompaña un imponente equipo de campaña, asesorado, como el resto de colectivos, por estrategas extranjeros -según confirmó un magistrado recientemente-, pero el partido parece no confiarse de las encuestas dadas las terribles derrotas que sufrió en los anteriores dos comicios, pese a que marcaba adelante.
A ello se suma en su contra la férrea campaña #NoALaReelección de varios movimientos cívicos y sociales que han confluido en intereses para desalojar del poder a los diputados que quieren repetir, la mayoría PRD, por no rendir cuentas, abusos de poder y corrupción.
4. LA COHERENCIA DE LA IZQUIERDA PANAMEÑA
Consistente en su discurso, Saúl Méndez, el otrora obrero de la construcción y hoy flamante abogado, mantiene su discurso izquierdista antisistema con el que se levantó al frente del poderoso sindicato de sus colegas ante los sucesivos gobiernos, con la consigna de “manos limpias” y acabar con la reelección en todos los partidos tradicionales.
Méndez aseguró a Efe que “seré el primero en presentar mi carta de renuncia” si es elegido presidente y el país aprueba la convocatoria a una Asamblea Constituyente Originaria, para lo cual tendría que hacer una enmienda previa a la actual Carta Magna, de 1972, que no contempla esta figura, para asumir “todos los poderes” y dictar las nuevas normas de convivencia entre los panameños.
El FAD de Méndez no llega ni al 5 por ciento de la intención de voto, según las encuestas.