Catherine Rivera Mckinley renunció este lunes a su puesto como asesora en la Cancillería, en donde fue nombrada por la también vicepresidenta, Epsy Campbell, a quien se le armó un mosquero por esa designación.
Cambpell reconoció durante la comparecencia que tuvo la semana pasada en la Asamblea Legislativa, que Rivera era asesora personal del despacho y defendió su nombramiento al asegurar que es relacionista internacional.
No obstante, en la carta de renuncia Mckinley asegura que Campbell no es la madrina de bautizo, tal y como trascendió, y se defendió al indicar que ella cumplía con los atestados para ocupar el cargo.
La diputada liberacionista Yorleny León confirmó que Mckinley es hija de la mejor amiga de Campbell y que, además, es la madrina del nieto de doña Epsy.
En la oficina de prensa de la Cancillería indicaron que Epsy veía a Mckinley como su ahijada, pero no hay constancia de sacramento que lo constate.
Este lunes circuló un video en redes sociales cuando Campbell, diputada en la anterior legislatura, decía estas palabras: “niego de manera rotunda y categórica cualquier vinculación para interceder en el nombramiento de algún allegado o conocido, absolutamente nada. Me parece patético que ensucien el nombre de una persona como lo han hecho, esta diputada jamás, en toda su historia política, jamás ha intercambiado un voto por absolutamente nada”, indicó en aquella ocasión en el Plenario.
Campbell también es cuestionada por llevar a su esposo, Berny Venegas, a viajes oficiales durante su gestión.
En una imagen que circula en redes sociales, se observa a Venegas acompañando a Campbell en su viaje al Vaticano, a mediados de octubre, donde la canciller tuvo un breve encuentro con el papa Francisco y con otras autoridades eclesiásticas.
Venegas ha acompañado a Campbell a cuatro de siete viajes oficiales (Estados Unidos, el Vaticano, Panamá y España).
“Una vez más la Cancillería es una piñata donde no solo se pagan favores políticos, sino que también se ayuda a amigos y familiares. Yo quisiera saber cuánto le cuesta al erario público los viajes de este señor, y si doña Epsy lo llevaría si trabajara en la empresa privada. Es muy fácil cargar esto a los gastos públicos. Ahí en la Cancillería hacen lo que les parezca, es una falta a la ética, a la moral y a la conciencia pública en momentos de crisis fiscal y huecos financieros”, aseguró Rodríguez.
“Por la investidura que debe tener una canciller, me parece poco oportuno viajar con la pareja, esto porque siempre se asiste a actos protocolarios de alto nivel y porque siempre es difícil “separar” los espacios personales con los laborales”, indicó León.
La diputada liberacionista Karine Niño aseguró que habría que investigar y verificar si el marido de Campbell obtiene algún beneficio en estos viajes o si accede a información oficial cuando es parte de la delegación.
No obstante, para Niño lo más preocupante en este momento son los nombramientos por afinidad que se dan en la Cancillería, los cuales le pasan por encima de las disposiciones.
Niño presentó una consulta a la Procuraduría para que le aclare cuál legislación se debe aplicar con estos nombramientos, si la Ley del Servicio Civil o el Servicio Exterior.
Para la legisladora hay una amplia lista de aspirantes con muy buen currículo que deberían asumir puestos como directores. En el caso de los embajadores, cuestionó la ética con la que se ha manejado este tema, pues cuando eran oposición el PAC manejaba un discurso, y ahora en el Gobierno lo cambiaron por completo.
En la oficina de prensa de la Cancillería afirmaron que es común que las parejas acompañen a los cancilleres a sus viajes, pero aseguran que por ser mujer, el tema se ha magnificado.
Agregaron que don Berny la ha acompañado porque son momentos importantes en la vida de Campbell y aseguraron que todos los gastos del marido han sido cubiertos por él.
Además aseguraron que para evitar más broncas, Venegas no la acompañará más.
Aparte de la investigación que realiza la Fiscalía General de la República sobre nombramientos supuestamente irregulares en la Cancillería General de la República, la Procuraduría de la Ética Pública también abrió un procedimiento de oficio, pero específicamente contra la vicepresidenta y canciller, Epsy Campbel, por el nombramiento de Katherine Rivera McKinley.
Además, también es investigada una circular (la DGSE-1949-2018 del 1.º de octubre del 2018), que pide confidencialidad y discreción sobre los “asuntos propios de las misiones diplomáticas y consulares y del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto”.